No nos mintamos: España sigue siendo un país machista a 20 años de haber entrado al siglo XXI. Y eso se puede ver reflejado en muchos medios televisivos. Quizás pueda parecer una inocentada pero ese comportamiento ya debería ser superado. Cuanto antes, mejor.
Si aún tiene dudas, solo analice lo que ha estado pasando en Telecinco, específicamente en “Sálvame”, durante las últimas semanas. Kiko Matamoros se ha convertido en el centro de atención del programa por estar, sin ningún tapujo, haciendo alarde sobre sus infidelidades, así como jactándose de lo mal que se lleva con algunos de sus hijos. Con su “cara tan lavada” le tiene sin cuidado las opiniones de sus compañeros porque, simplemente, la mayoría de ellos no comenta nada en contra y, si lo hace, lo hace de manera dócil y discreta, e incluso algunos, le celebran “las gracias”.
Al permitir ese comportamiento, Telecinco y “Sálvame” solo demuestran la hipocresía y doble moral de su “corriente editorial”. Aunque Jorge Javier Vázquez haya calificado al programa como un show de “rojos y maricones”, nada de eso está más alejado de la realidad. A los hechos nos remitimos.
Rocío Carrasco: el mejor ejemplo para ilustrar el hecho.
Comencemos con aclarar que no se trata de una defensa de Rociíto. Al carecer de evidencia sólida, no nos podemos poner de parte de alguien. Pero, para la mayoría de los colaboradores de “Sálvame”, ella es una “mala madre”, y eso lo señalan cada vez que pueden. También aprovechan la presencia de su ex esposo, Antonio David Flores, para reforzar esa idea.
La hija de “la más grande” no se habla con sus hijos desde hace más de 10 años. De acuerdo a los documentos del juicio por la custodia de los hijos de la pareja, la hija de ésta, Rocío Flores, la golpeó y le cortó una mano a su madre con un cuchillo. A inicios del año se dieron a conocer las declaraciones de la querella judicial donde se afirmaba eso y, desde que la custodia le fue concedida a Antonio David Flores, Rocío no ha vuelto a tener contacto con alguno de sus retoños.
La crítica que se la ha hecho a Rocío Carrasco desde la mayoría de los medios es que cerró filas con el silencio: No dice absolutamente nada sobre esa situación. Solo se ha conocido información porque el clan Campos, amigas y defensoras acérrimas de Rociíto, emiten opiniones y comentarios de vez en cuando. Desde el otro lado de la familia, Antonio David y el clan Mohedano Carrasco, acusan a Fidel Albiac, actual esposo de Rocío, de ser la persona que impide la reconciliación con la familia.
Cuando cualquier persona que vea “Sálvame”, y durante ese momento están hablando de Rocío Carrasco, la conclusión que puede sacar el televidente es que ella es la villana en todo ese caso.
Kiko Matamoros, misma situación, diferente tratamiento.
Con Kiko Matamoros, la situación es completamente diferente. Confesó orgullosamente que, cuando estuvo casado con Makoke, durante sus últimos 10 años le fue infiel, y que su matrimonio fue totalmente arreglado para poder vender la exclusiva. Durante años, dos de sus hijos, Diego y Laura han hecho la pasta criticando a su padre, ya que este estuvo mucho tiempo sin hablarles.
Matamoros llegó a acusar a Makoke de que, por su culpa, él no podía ver a los hijos de ambos. Actualmente, el colaborador tiene una relación con Marta López y no se habla con Anita, su hija, porque ésta última no se lleva bien con López: Kiko tiene bloqueada a Anita de su celular, llegó a confesar en el programa. En este caso, la villana es Makoke, aunque el que estuvo haciendo las cosas de manera indebida era él, pero aquí son sus compañeros quienes le celebran.
En definitiva, Kiko Matamoros, a lo largo de su carrera siempre ha tenido un hijo con quien no se habla, pero nadie le acusa ni señala, en cambio a Rocío Carrasco, cada vez que pueden y el rating está bajo, es destrozada sin piedad por la misma razón.
¿Es Machismo? Se preguntarán algunos.
Sí, es machismo, aunque algunos argumenten que Telecinco siempre va a estar a favor de los que hablan, como quedó demostrado en el caso de Jesulín y Belén Esteban, pero muchos de los colaboradores, hombres, han llegado a acosar y a burlarse de sus compañeras colaboradoras, llegando a meterse incluso con su físico.