Además de un sueldo insultante, Belén Esteban le debe a Telecinco una y mil campañas de lavado de imagen en busca de estirar el chicle del exiguo interés que levanta la que fuera "la princesa del pueblo". La última lavada de cara está teniendo en la actualidad con motivo de ciertas informaciones relativas a la boda de la de San Blas que han decidido taparse en antena.
Tal y como revelan los compañeros de Periodista Digital, Telecinco está ocultando deliveradamente una información sobre la boda de la rubia y Miguel que podría reventar la imagen de la ex mujer de Jesulín y su boda. Esta tiene que ver con la prohibición de que reporteros, fotógrafos y paparazzis se acerquen a las inmediaciones de la iglesia y del lugar del banquete de su boda, poniendo trabas así a la libre información, siempre que esta se produzca desde los exteriores públicos.
Por si esto no fuese suficientemente grave, esta habría comunicado ya, junto con la invitación, que ninguno de sus invitados podrá acceder a la celebración de su nuevo matrimonio con cámaras de fotos ni teléfonos móviles, por lo que ruegan no acudan con ellos y, en caso de hacerlo, quedan advertidos de que les serán requisados por la seguridad privada que esta contratará para la ocasión.
Su boda debe ser un bunker para poder vender la exclusiva mejor pagada de 2019 y una de las mejor pagadas de la historia que engrosarán sus cuentas, como también lo harán el Deluxe que firmará una semana antes de su enlace y la exclusiva en su revista de confianza que se publicará, también, unos días antes del bodorrio, o del negocio, como algunos de sus invitados empiezan a llamarlo. Todo por la pasta.