La popularidad de Belén Esteban lleva cayendo en picado desde hace unos cuantos meses. Eso es, al menos, lo que revelan las distintas encuestas que tanto Telecinco como otros medios realizan periódicamente en busca de tomar la temperatura a la audiencia sobre aquello que les interesa, les ha dejado de interesar o les resulta indiferente.
Algo de lo que la colaboradora mejor pagada de Sálvame es consciente y que le ha llevado a tomar una medida drástica como es alterar su estrategia de imagen de cara a un 2019 que muchos medios vaticinan podría ser el último con la de San Blas en Telecinco, salvo giro inesperado de los acontecimientos.
Es por eso que, según sus propias papabras emitidas en la cadena de Fuencarral, uno de sus principales propósitos para este nuevo año es decir lo que piensa y lo que sabe de todo el mundo, sin reparar en las consecuencias: "Con mucha gente que me he callado, a partir de ahora no lo voy a hacer. No voy a decir nombres, lo digo en general, porque quiero seguir siendo yo misma, pero tengo claro lo que quiero y lo que no en mi vida".
Todo vale para seguir estirando el lucrativo chicle de la televisión. Ahora solo falta saber si la audiencia le comprará este cambio de actitud o seguirá dejándola de lado. Como algunos de sus jefes piensan, cada vez son más los síntomas que alertan de que la de San Blas es un producto más que amortizado.