Después de haber jurado y perjurado en multitud de ocasiones que su aversión a la televisión y a todo lo que tuviese que ver con los focos mediáticos era superior a ella, Alejandra Rubio, la hija de Terelu Campos acudía por primera vez a un plató en el día de ayer.
Lo hacía, según ella, porque se ha dado cuenta de que para desarrollar su carrera como diseñadora -imaginamos que para sus amigos- no tenía más remedio que empezar a cultivar un papel en la vida publica que, a partir de ahora, parece seguirá ejerciendo tras pasárselo pipa en Morning Glory.
Toda una bajada de pantalones que habla a las claras de la catadura moral de la susodicha que, además, se desarrolló en un ambiente de spa y masaje para con la hija de la también hija de la verdadera famosa que a la audiencia le resultó intragable.
Así se pudo leer en las redes sociales tras levantarse una tremenda expectación entre unos fans que hoy ya tienen claro que no tiene ni actitud ni tablas para volver a salir en antena. A pesar de lo dañada que quedó su imagen, estén atentos porque Ale ha amenazado con volver. Lo hará por interés. Necesita hacerse famosa para vender sus diseños, dice. Será porque no confía en que sea su trabajo la que hable por ella y la coloque en su sitio sin hacer valer sus ancestros. Cada uno elige el camino que quiere. Supongo.