Belén Esteban está a punto de volver a pasar por el altar y convertirse en esposa de Miguel Marcos, un hombre del que poco se sabe en los medios de comunicación a petición tanto de él como de la colaboradora mejor pagada de Telecinco.
De este madrileño apenas se sabe que es conductor de ambulancia, que la conoció durante una crisis de salud de la tertuliana más famosa de la televisión o que es más joven que ella.
Sin embargo, casi nadie sabe, por ejemplo, que tan solo tiene 31 años. Es decir, que se lleva más de diez años con ella, que no tiene hijos, que nunca estuvo casado, que tiene varios hermanos o que está muy muy ligado a sus padres. Tampoco que en los últimos cinco años se ha puesto encima más de diez kilos.
De hecho, sus amigos íntimos destacan de él que, además de muy trabajador, ya que lleva trabajando desde que era un adolescente, es un tipo tremendamente familiar necesitando ver y hablar con sus padres y hermanos a diario.
Amante de los coches, de las ferias, del Real Madrid y de la música de discoteca, su gran borrón fue el affaire que tuvo con aquella camarera que le costó romper con Belén Esteban durante un tiempo hasta que ambos se dieron cuenta de que se necesitaban. Esa parte oscura de su pasado, más mujeriega, es el gran miedo que tiene Belén de cara a su nueva etapa como 'mujer de'.