Se veía venir desde hace tiempo. A Belén Esteban le encanta pasar factura a todos sus enemigos y, como buena estratega, no tiene problema alguno en dejar pasar el tiempo para aprovechar el momento perfecto para dar la estocada final a quienes se le han jugado con anterioridad.
Eso es precisamente lo que está haciendo en las últimas fechas con el que fuera su representante, Toño Sanchís, a quien esta ha decidio 'rematarlo' mediáticamente a través de una serie de declaraciones sobre las que quizás no ha meditado mucho, o al menos no calibrado su alcance.
Nos referimos a las realizadas en las últimas horas en las que hacía gala de una arrogancia y una soberbia desaforada asegurando que tras el embardo de la vivienda familiar de Sanchís que "la casa de Toño es ahora mía" y que por tanto "podría hacer allí la próxima exclusiva".
Unas palabras muy fuertes que le están costando a estas horas la reprobación de amigos, seguidores y fans que creen que se ha pasado tres pueblos al hablar así de la vivienda embargada a un hombre con hijos menores a quien se empeña en restregar su victoria judicial por encima de lo humano.
Tanto es así que ya hay quien cree que Belén se está jugando su reputación, muy dañada desde que golpeara mediáticamente a María José Campanario revelando conversaciones privadas con una mujer enferma. La Esteban parece estar cavando su tumba mediática. Quién sabe si ya lo ha hecho.