Corría la primera hora de programa del último epidosio de Sálvame de esta semana cuando cinco agentes de la Policía Municipal de Madrid desplazados en varios coches patrullas hasta las instalaciones de Mediaset España interrumpían el programa de corazón decano de la televisión española.
En pleno directo estos arribaban al plató y pedían identificar a uno de los colaboradores: Gustavo González. Con todo el mundo nervioso y sin saber cómo reaccionar, si le iban a detener y si iban a por alguno más de los allí presentes los agentes explicaron qué hacían allí.
Estos, después de pedir calma, entregaban una demanda interpuesta contra el periodista por la realización de unas fotografías no autorizadas de la periodista Mariló Montero, quien habría denunciado al paparazzi.
Dado que en varias ocasiones la policía no había podido encontrar a Gustavo en su domicilio familiar decidió ir a buscarlo a su lugar de trabajo, donde lo pudieron hallar finalmente.
No obstante este podría no ser el último en recibir una demanda en pleno programa ya que el fotógrafo Diego Arrabal ha sido denunciado también por la misma comunicadora por el mismo presunto delito. La cosa se pone caliente en Sálvame.