El presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, se refirió esta semana a la nueva sede del Real Club Celta de Vigo como un paso más en la configuración de un Vigo que siempre se adelanta al futuro y que se hace a favor de todos, y gracias a un esfuerzo en el que participa el conjunto de Galicia. “En esta sede que han inaugurado todos los vigueses, se dan la mano el futuro y la historia. Estamos hablando de un paso arquitectónico más en la configuración de un Vigo que se hace a favor de todos y contra nadie”, dijo.
Durante el acto de inauguración celebrado el pasado sábado, Feijóo recordó que si Vigo es lo que es -una ciudad líder en el noroeste peninsular-, se debe a que en ella existen lugares de encuentro como el Celta. “Sería difícil explicar una trayectoria que se inicia en 1923 y se prolonga ininterrumpidamente hasta hoy, si el club no fuera además un lugar de encuentro”, aseguró, incidiendo en que el Celta se convierte en un hogar común donde conviven vigueses de toda condición y convicción.
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En esta misma línea, subrayó que resulta también muy significativo que este club fuera resultado de sucesivas fusiones de equipos menores que no dudaron en unir fuerzas. “Afortunadamente, predominó el espíritu unitario y la consecuencia es que el Celta de Vigo está en la élite del fútbol europeo. El Celta une. Nace de la generosidad de clubes pequeños que querían una proyección mayor”, sentenció, a lo que añadió que además elige un símbolo que lo hermana con el resto de Galicia, la Cruz de Santiago.
“Una sede en el corazón de Vigo, un estadio en Balaídos y una ciudad deportiva en Mos. El Celta es de Vigo, del área metropolitana, de Galicia y de todos los aficionados del mundo que disfrutan del buen fútbol“, aseveró, destacando la importancia de preservar estos lugares de encuentro, en los que las diferencias sean secundarias y haya emociones comunes.