La actuación inmediata tras un incendio forestal, a corto y largo plazo, pasa por la estabilización urgente del suelo, la rehabilitación de las infraestructuras y, finalmente, por la restauración y recuperación del ecosistema. Esta es la principal conclusión de la jornada técnica sobre planificación de tareas de rehabilitación urgente de las áreas quemadas que tuvo lugar esta semana en el Centro de Investigación Forestal (CIF) de Lourizán, en Pontevedra, que depende de la Consellería de Medio Rural.
En este foro participaron expertos del propio centro, de otras entidades gallegas y del resto de España. Así, entre los relatores figuraban el propio director del CIF, Enrique Martínez Chamorro, un representante de la Sociedad Española de Ciencias Forestales, un experto de la Universidad de Vigo y una especialista de la Junta de Castilla y León. El foro contó con unos 60 asistentes, que completaron el aforo del centro, y sirvió para evaluar desde el punto de vista técnico las medidas necesarias tras los incendios forestales.
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Los especialistas constataron que las características climáticas de Galicia hacen que la biomasa forestal se desarrolle más rápidamente que en otros lugares y, por otra parte, que el gran número de incendios y su reiteración origina que el riesgo erosivo post-incendio sea cada vez mayor.
Por eso, lo primero que debe hacerse -concluyen los técnicos- es evaluar la severidad del incendio, ya que es el paso más crítico para tomar las decisiones correctas en las tareas de estabilización y rehabilitación de áreas quemadas. A continuación, proceder con las acciones inmediatas de estabilización urgente; con las tareas de rehabilitación, y con las de restauración. Estas tres fases, advierten las conclusiones del encuentro, tienen su orden cronológico. Lo primero es realizar una estabilización de urgencia, seguidamente la rehabilitación y finalmente una restauración, la etapa más larga.
En la jornada también se puso de manifiesto que otras comunidades, como Castilla y León, toman como referencia el trabajo que se viene realizando en la región gallega para hacer frente a las consecuencias ambientales de los incendios forestales. Por esta razón, en diversas zonas de esa autonomía se empezaron a utilizar, con éxito, técnicas de mulch (cobertura de paja) que en Galicia se llevan empleando desde hace años con resultados muy satisfactorios.