La Ertzaintza ha registrado en los meses de julio y agosto de 2020 un total de 13.213 infracciones penales en Euskadi, 2.695 delitos menos que en el mismo periodo del año pasado lo que supone un descenso del 16,94%, descenso motivado por la crisis del COVID-19 que ha condicionado la criminalidad. Del análisis de los datos estadísticos se desprende que las agresiones sexuales en Euskadi han descendido un 50% respecto al verano de 2019, pasando de 48 a 24 y los delitos contra la propiedad también han descendido un 22,73%.
Dentro de los delitos estratégicos, las agresiones sexuales, que se podrían considerar como la forma más grave dentro de los delitos contra la libertad sexual, han disminuido en Euskadi un 50% (24 casos menos). Bizkaia ha sido el territorio donde más han descendido los casos, con 17 casos menos (de 30 a 13), seguido de Gipuzkoa, con 10 menos (de 15 a 5). Sin embargo, en Araba, las cifras han aumentado de 3 a 6 casos.
Asimismo, el resto de infracciones englobadas en los delitos contra la libertad sexual, han experimentado una disminución del 22,58% respecto al 2019, con 21 delitos menos (de 93 a 72).
En la evolución interanual de los delitos contra la libertad sexual se puede observar las consecuencias de las medidas tomadas para combatir la pandemia de la COVID-19, esto es, el confinamiento, las distintas limitaciones de movilidad en las siguientes tres fases, la limitación de horarios de hostelería y la no celebración de fiestas patronales.
Estas limitaciones han supuesto que en el mes de abril se registrara el número más bajo de delitos contra la libertad sexual de los últimos 14 meses, con 19 casos. En la medida que las restricciones que afectan directamente a las relaciones sociales se han ido modificando y este tipo de delitos ha vuelto a experimentar un incremento paulatino hasta llegar a los 55 hechos de julio, valor similar al del año anterior. No obstante, en agosto se ha vuelto a producir un descenso del 25% de este tipo de delitos respecto del mes anterior y del 52% respecto de agosto de 2019.
Respecto a los homicidios, considerado como otro de los delitos estratégicos más graves, las cifras arrojan un saldo de dos delitos consumados, la misma cifra que en el periodo de 2019. Ambos casos han sido resueltos.
El primero de estos homicidios se produjo el 11 de julio en Bilbao cuando una mujer agredió con un cuchillo a su marido que le provocó la muerte. El segundo fue el 27 del mismo mes en Gasteiz donde un joven de 18 años asesinó a otro con un arma blanca.
En cuanto a los casos de homicidio y asesinato en grado de tentativa, éstos han aumentado en 4, pasando de 2 a 6 casos.
El maltrato en el ámbito familiar, que incluye tanto la violencia de género como la doméstica, supone otra de las infracciones que mayor alarma social generan y que se trata de combatir mediante procedimientos policiales específicos, así como a través de las campañas de concienciación y educación por parte de diferentes colectivos e instituciones.
En el cómputo total del maltrato en el ámbito familiar, tanto habitual como no, se observa que en el conjunto de la CAE han aumentado un 6,81%, pasando de 764 a 816 casos (52 más).
Las cifras aumentan en los tres Territorios Históricos, siendo Araba el que mayor incremento recoge, un 12,04% (pasando de 108 a 121), seguido de Gipuzkoa con un 6,61% (de 242 a 258) y por último Bizkaia, con un 5,56% (de 414 a 437).
Los casos de malos tratos en el ámbito familiar es la tipología que menos se ha visto afectada por la crisis sanitaria motivado por el mayor contacto familiar.
Delitos contra el patrimonio
Los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico que suponen el 70,42% del total de las infracciones penales cometidas en la CAE, han experimentado un descenso del 22,73%, respecto al mismo periodo del 2019.
Los robos con violencia o intimidación han experimentado un descenso del 16,54% respecto al ejercicio anterior (254 casos en 2019, frente a 212 del año 2020). Por Territorios Históricos, Bizkaia es el único que registra un decremento con un 30,77% pasa de 195 a 135. Sin embargo, Gipuzkoa sufre un aumento de 36 a 48; y en Araba se produce un incremento de 23 a 29 casos.
En cuanto a los robos en vivienda, este tipo de delitos descienden casi un 23%, esto es, 194 casos menos que el mismo periodo del año anterior. Por Territorios, se observa un decremento en Araba, con un descenso del 50,93% (55 casos menos), seguido de Bizkaia con un 33,70% (182 casos menos). En cambio, en Gipuzkoa, los delitos aumentaron un 19,91%, 43 casos más con respecto al 2019.
Los robos con fuerza en empresas han experimentado un descenso del 44,05% en la CAE, 37 delitos menos si lo comparamos con el ejercicio anterior.
El descenso se produce en todos los territorios, en Gipuzkoa supone un 46,67% (21 casos menos), en Bizkaia un 41,38% (12 casos menos) y en Araba disminuye un 40% (4 casos menos).
En lo que se refiere a los hurtos, las estafas y los daños, éstos representan el 76,82% de los delitos contra el patrimonio y el 54,09% del total de los delitos. Los hurtos, que cuantitativamente son el delito más relevante, son la tipología que mayor descenso sufrió durante el confinamiento debido a que está directamente relacionado con el ocio y las aglomeraciones. Las estafas es el único delito contra el patrimonio que ya ha recuperado valores similares a los del 2019. Hay que considerar que hasta el comienzo de la pandemia la tendencia era claramente alcista, y a pesar de que en los meses de marzo y abril se produjo un descenso significativo, el hecho de que cerca del 85% de las estafas sean de índole informático ha propiciado una rápida recuperación.
Una modalidad que se está extendiendo cada vez más es el phishing (101 denuncias en 2020 respecto a 44 en 2019).
En este periodo analizado, las estafas han experimentado un ascenso del 6,87%, pasando de 2563 a 2739 (176 delitos más). Por Territorios Históricos, Gipuzkoa es el que registra el mayor aumento, un 16,33% más (+114), seguido de Araba con un 6,40% (+26) y por último Bizkaia recoge un 2,47% más (+36).
Por el contrario, en la CAE, los hurtos y los daños han arrojado descensos del 41,22% y 8,17% respectivamente.
Consideraciones generales
Para finalizar, se puede concluir que la crisis del COVID-19 ha condicionado la criminalidad en Euskadi. Desde el inicio del estado de alarma las cifras delictivas se vieron notablemente reducidas, sobre todo en los meses de marzo, abril y mayo coincidiendo con el confinamiento. A medida que se han ido superando las diferentes fases del estado de alarma, el número de delitos se ha ido incrementando paulatinamente como consecuencia de la mayor libertad de movimiento tanto de la población en general como de los propios delincuentes. No obstante, de forma generalizada, la tasa de criminalidad ha descendido con respecto al mismo periodo del año anterior como reflejan las cifras anteriormente mencionadas, lo cual condiciona también las inculpaciones que descienden en un 15,95% con respecto a los datos del mismo periodo del año anterior. Considerando que los datos analizados son de los meses de julio y agosto es previsible que hechos acaecidos en dicho periodo se esclarezcan en un futuro próximo, lo que supondrían una mejora en los datos de las inculpaciones.