En cuanto a las actuales labores que se realizan en el lugar, ha apuntado que "ya tenemos un proyecto para que podamos trabajar precisamente en las zonas B1 y B2, que son las que, desde el principio, pensábamos que eran las más probables donde podíamos trabajar, pero sin embargo, teníamos un problema de estabilidad del vertedero, que pudiera volver a moverse".
"Tenemos seguridad de que los trabajadores que entran a trabajar en esa zona no corren riesgo, y por eso, es la zona cero de búsqueda. Lo sabíamos desde el principio. Lo que pasa es que antes era difícil entrar en esa zona por la inseguridad e inestabilidad que suponía el terreno", añade.
Iñaki Inoriza cree que todo ello, sumado a la localización del coche de uno de los trabajadores desaparecidos "alimenta la esperanza", aunque no tienen "la certeza absoluta de que lo podamos conseguir".
"Alberto aparcaba su coche al lado de su puesto de trabajo, en la caseta de la báscula, y entiendo que él estará en las inmediaciones. Otra cosa es cómo funcionó el deslizamiento, que más o menos lo conocemos, pero los materiales o algunas cosas que estaban unidas, han aparecido en puntos distantes", ha manifestado.
Según ha apuntado, "las dimensiones del vertedero son enormes, es un volumen inmenso. Cada vez que se coge una palada, hay que revisarla y eso ralentiza mucho los trabajos. No es un trabajo de movimiento de tierras, sino de búsqueda en cientos de miles de metros cúbicos".
El trabajo se prolonga todos los días desde las 8:30 a las 19:30 horas. Inoriza ha dicho que "ojalá aparecieran los dos trabajadores desaparecidos, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, pero no hay certeza absoluta en un volumen tan grande. Hasta que no lo consigamos no vamos a estar absolutamente seguros de que los vayamos a encontrar", ha concluido.