Santander no es una plaza acostumbrada a recibir grandes artistas internacionales, por eso este concierto era especial y durante los días previos había transformado la rutina de la ciudad santanderina. El motivo de tan relevante concierto es la celebración, durante este 2017 del Año Jubilar Lebaniego, efeméride que cada año santo, impregna a la comunidad autónoma de Cantabria de un rico marco cultural.
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“¡Manos arriba, esto es un atraco!” fueron los gritos que despidieron a Enrique de su concierto en los Campos de Sport de El Sardinero. El estadio del Real Racing Club de Santander acogía por primera vez en más de 25 años un espectáculo musical de estas dimensiones.
Mal empezó. Media hora de retraso que no supo compensar con la calidad musical de las canciones. Ha sido muy discutido en las redes sociales (ha llegado a ser Trending Topic) la calidad del sonido y la propia implicación del artista. Se habla de “playback”, aunque no hay nada confirmado.
Una de las cuestiones que más indignaron a los fans llegados de todos los rincones de España (especialmente de las provincias limítrofes con Cantabria), fue la descortesía en la despedida del concierto. “Apenas 10 canciones y sin despedirse” se comentaba en los aledaños de El Sardinero.
Final agridulce en un evento que tenía todos los ingredientes para ser recordado. Una lástima. En pocas ocasiones volveremos a ver a 30 almas en un estadio poco acostumbrado a tales masificaciones.