Los baños estaban situados a la entrada del parque y junto a los edificios anejos a la propia catedral, lo que podría originar un impacto visual negativo del conjunto del edificio catedralicio. Desde el Ayuntamiento se considera justificada la observación transmitida desde el Obispado, y como consecuencia, se ha procedido a su traslado hasta la parte posterior de la Casa de los Gigantes, a unos 40 metros de donde se situaban con anterioridad.