Era sorpresa, hasta minutos antes de que llegara la hora. Fue entonces cuando se supo que el popular pescado vendría por el aire y lo haría con la ayuda de la Papea. La sardina iba a caer del cielo, en paracaídas y de una manera totalmente espectacular.
Término cayendo del cielo pero las condiciones meteorológicas no eran las más adecuadas, el viento complicó la llegada pero minutos antes de las siete se dio el visto bueno y comenzó el espectáculo.
Sardineros, Corporación municipal e invitados esperaban ansiosos su llegada. Miraban al cielo mientras un ‘speaker’ narraba la historia de la Papea y la base aérea de Alcantarilla. De repente, anunció que el salto se había producido. Aunque en ese momento los protagonistas era diminutos puntos negros en lo alto del firmamento. Poco a poco, pasaban los minutos, y se iban vislumbrando los colores de la bandera de España de los paracaídas.
El encargado de traerla tuvo un percance en el último segundo por culpa de un golpe de viento y terminó derrapando en el asfalto, con todo su paracaídas cubriendo las cabezas de las autoridades que, bajo los colores de la bandera de España, aplaudían el momento.
Por un lado cuatro saltadores, que serían los primeros en llegar, por otro, tres más, los encargados de descender con las banderas. La situación se fue poniendo tensa conforme los paracaidistas se iban acercando. La pericia de los militares, que nadie puso en duda, permitió que llegaran al punto exacto donde debían hacerlo.
Gritos, nervios, emoción, adrenalina y mucha tensión fueron los protagonistas de esos últimos minutos. Los paracaidistas hicieron caídas perfectas, en plena avenida Teniente Flomesta, acompañadas de aplausos y ovaciones.
Mientras sonaba el Himno Sardinero, Doña Sardina y el Gran Pez, acompañados de varios festeros, pasearon el famoso recién aterrizado por la calle, ante los aplausos de todos los asistentes. Entonces, todos los protagonistas subieron al balcón del Ayuntamiento y lo mostraron a los murcianos que poblaban la Glorieta.
La llegada de la sardina a Murcia se festejó con un desfile que recorrió la Gran Vía y aledaños. Personajes infantiles, dinosaurios gigantes, comparsas de carnaval y grupos de baile convocaron de cientos de personas a lo largo de todo el recorrido. Destacable fue un grupo de Italia que, armados con tambores y cornetas, hacían piruetas con enormes banderas. También los personajes del Rey León, que dejaron con la boca abierta a los más pequeños.
Esta noche, tras un desfile que comienza a las 20 horas en Belluga, Doña Sardina leerá sus últimas voluntades en La Glorieta, partir de las 22.30, con su tono satírico y su empeño en no dejar títere con cabeza. Este serà el principio del fin del personaje festero que comenzará entonces a contar las horas que le quedan de vida en esta Murcia primaveral.