“Cumplimos 2502 días sin que se ponga una sola traviesa en la línea convencional en la provincia, porque los trabajos en El Puche forman parte del soterramiento en la capital”, ha denunciado José Carlos Tejada, portavoz de la plataforma por el ferrocarril de Almería, que reúne a casi doscientas organizaciones y que acaba de comenzar un nuevo período de movilizaciones exigiendo un tren digno.
“Y hay que olvidarse de la prometida llegada del AVE en 2023. Según nuestras previsiones la Alta Velocidad no llegará a Almería antes de 2025. Solamente la ejecución de la integración del AVE en la capital nos lleva al año 2024, y si los tramos que hay previstos entre Pulpí y Almería se ejecutan dentro de los plazos marcados, hacen falta seis o siete meses para que un tren de alta velocidad haga las pruebas necesarias, así que con suerte Almería podrá disponer de Alta Velocidad en 2025”, sentencia el portavoz de una plataforma que lleva varios años luchando contra los sucesivos proyectos de alta velocidad que presentan los diferentes gobiernos. El que actualmente está vigente, con ciertos retoques y mejoras puntuales, es el aprobado por el ex ministro de Fomento del Partido Popular Iñigo de la Serna, quien aseguró el año 2023 como el de la llegada del AVE a la capital.
Pero esta plataforma, donde hay técnicos especialistas ferroviarios, no las tiene todas consigo, ni ahora ni entonces. En el fondo subyace la histórica marginación en las comunicaciones de una tierra que sigue sin abandonar su complejo de esquina, con áridos desiertos, indios y cowboys en diligencias en el imaginario popular.
La mesa del ferrocarril exige una plataforma de doble vía si realmente se quiere comenzar a exportar los productos hortofrutícolas, con una producción de unos tres millones de toneladas al año y un ahorro estimado de unos seis céntimos por kilo en el tren frente al millar de camiones diarios que surcan las carreteras europeas desde Almería, y la piedra natural, a través del ferrocarril. Pero el proyecto previsto es de una sola vía, por lo que se anuncia un calendario de movilizaciones para hacerle saber al nuevo gobierno que la Mesa almeriense apuesta por un proyecto que se aprobó hace siete años y costó nueve millones de euros, con doble plataforma, en un ejecutivo de Rodríguez Zapatero, con el almeriense Miranda Hita como subsecretario de Fomento. “Ese es el futuro por el que hay que apostar -demanda Tejada- Vamos a trabajar y luchar para que finalmente se recupere la plataforma de doble vía porque de cara al futuro es la solución, y el sector hortofrutícola lo necesita cuanto antes, por una cuestión de competitividad. El proyecto ‘low cost’ de una sola vía habrá que archivarlo”.
Solo un centenar de personas se concentraron ante la estación almeriense, hoy en día sin trenes porque se han trasladado hasta la cercana Huércal mientras se realizan las obras del soterramiento en la capital. Una escasa convocatoria porque “la mala actuación política en todos estos años ha llevado al pueblo de Almería a darle la espalda al ferrocarril. Hay un 90% de pérdida de pasajeros con Granada y del 45% con Madrid. Almería vive al día de hoy a espaldas del ferrocarril. Si un almeriense quiere irse a Madrid lo que tiene que hacer es cogerse un autobús que lleva en seis horas o en cinco con su coche privado. Con Sevilla pasa igual. Cien personas son cien personas comprometidas. El nacimiento de la plataforma ha permitido meter en la agenda política las infraestructuras ferroviarias, pero ya sabemos cuál es la idiosincrasia del almeriense y hoy por hoy por desgracia tampoco los políticos nos han ayudado mucho a que los almerienses se tomen como un elemento principal las infraestructuras ferroviarias en su tierra”, explica Tejada, para quien que Granada ya tenga AVE con Madrid no acerca nada a Almería. “Porque vamos a seguir tardando dos horas y veinte minutos en llegar a Granada y el billete único que nos han planteado significa tardar 45 minutos más de las siete horas que se tardan ahora a Madrid con un precio de 186 euros, cuando ahora en el Talgo un ida y vuelta sale por 80 euros”.
La única solución posible para la Mesa es el previsto intercambiador de ancho de vía en Granada, pero “no empiezan las obras, y sería nuestra única esperanza de que Almería tenga una conexión con Madrid de cinco horas y media. Estamos a la espera de que haya nuevo gobierno y al nuevo ministro de Fomento le vamos a exigir que se recupere una doble plataforma de alta velocidad, porque es incierto que sea posible con una única vía el transporte de vajeros y mercancías. Si Almería tuviera la infraestructura necesaria nuestro desarrollo económico no tendría techo, porque generamos el noveno PIB del Estado y somos la primera exportadora de Andalucía”.
En la concentración se ha leído el siguiente Manifiesto de la Plataforma:
“El pulso se mantiene, los servicios ferroviarios de la provincia son ‘indignos’ y por ello volvemos a lanzar un llamamiento que es, al tiempo, un reto para los almerienses; el mostrar nuestra indignación por tanto abandono, tantas mentiras, tantas promesas incumplidas.
La Mesa del Tren de Almería representa el clamor popular que atestiguan las más de 200 organizaciones que la conforman, desde colegios profesionales a empresarios, sindicatos, organizaciones de discapacitados, asociaciones de vecinos y organizaciones no gubernamentales, y queremos dejar patente que esta situación no puede seguir prolongándose eterrnamente”.
Las razones para la desaprobación sobran: Almería tiene el dudoso honor de ser el servicio ferroviario que más tarda en llegar a Madrid de toda España; los trenes de Almería tienen la velocidad media más baja del país; el traslado de la estación a Huércal ha supuesto la pérdida del 45 por ciento de los viajeros a Madrid y del 90 por ciento de los de Sevilla; es la única que sufre cuatro trasbordos para un trayecto de 400 kilómetros como el de Sevilla.
Pero lo que más nos preocupa es que las perspectivas siguen siendo negras porque sigue sin resolverse la conexión con el AVE de Granada-Madrid, no hay proyectos para la mejora de la línea convencional ni movimientos que permitan confiar en que el AVE a Murcia estará terminado y en marcha en 2023, como se ha repetido hasta la saciedad; no hay garantías de que el transporte de mercancías sea posible en un futuro razonable, ni siquiera con la línea del AVE terminada, y así un largo etcétera.
La realidad, la triste y única verdad, es que los servicios ferroviarios con los que contamos, inferiores a los del siglo pasado, son los que más tardan, los más lentos, los peor conectados, los que sufren más retrasos y más averías, los más incómodos y, por todo ello, los menos utilizados del país.
Pero lo realmente grave es que, a la vista de tanto impedimento, de tanta ineficacia, los almerienses se están olvidando del tren. Hoy son muy pocos los que piensan en el tren a la hora de viajar y el temor es que ese olvido inducido acabe de dar la puntilla a un sistema de transporte que, sin embargo, avanza y mucho en Europa y en el resto del país.
Esa es la situación a la que los almerienses decimos de nuevo BASTA YA, alto y claro, que nos llena de indignación porque, que se sepa, seguimos pagando nuestros impuestos, nadie nos rebaja nada y, sin embargo, nadie nos da lo que en justicia nos corresponde. Ni el turismo, ni la agricultura, ni la competitividad pueden mejorar sin salidas, y no las tenemos.
Por eso miramos a Madrid, a Sevilla y a Bruselas, con una sola voz y con una única demanda: ¡Queremos trenes dignos, queremos los medios de los que otros disfrutan y los queremos ya porque no queremos seguir siendo la provincia olvidada, la más injustamente tratada! Almería no lo merece y los almerienses mucho menos”.