Se han cumplido recientemente 100 años desde aquel histórico homenaje a Gumersindo Márquez. A muchos cachoneros, este nombre solo les recordará una de las bellas calles de nuestro pueblo. Sin embargo, este hombre llegó a ser uno de los más afamados de Galaroza en su tiempo. Eminente medico y hombre de ciencia, en 1916 mereció un homenaje en el que participó todo el pueblo, encabezado por las fuerzas vivas de entonces.
Se editó un librito que se guarda como oro en paño en muchas casas cachoneras, que incluía fotografías de algunos rincones del pueblo, junto a los rostros de los participantes y el texto que recordará para siempre al eminente doctor.
En 1996, cuando se cumplieron 80 años de aquel evento, aprovechamos la ocasión para escribir un resumen de este libro, que publicamos en el periodico Huelva Información, así como en la revista de fiestas de aquel momento. También se repartió fotocopiado durante la celebración del Día de Andalucía y posteriormente protagonizó un número de la revista ‘La Regaera’.
Hoy volvemos a recordar aquel momento historico que un grupo de cachoneros protagonizaron en torno a uno de los más importantes paisanos que jamás tuvimos.
Se ha cumplido, pues, un siglo desde que el pueblo de Galaroza en su totalidad rindió un cálido y merecido homenaje a quien fue insigne hijo de este pueblo, el Doctor Gumersindo Márquez. En 1916, el Ayuntamiento de Galaroza hizo suya una petición firmada por más de 270 vecinos y promovida por el maestro Manuel Arellano y Santos. Ese fue el punto de partida de una serie de actos con los que el pueblo agradecía al egregio médico su dedicación y su amor hacia Galaroza.
En dicha instancia, fechada el 23 de Agosto, se solicitaba que el Ayuntamiento rindiera un homenaje de gratitud a “quien siente como nadie el amor a su patria chica, por cuya prosperidad vela cual si fuese su más celoso vecino”. Se solicita finalmente su nombramiento como hijo predilecto y preclaro de la villa y que se rotule con su nombre la calle en que se haya enclavada la casa donde nació tan notable médico. Tres días después, el Ayuntamiento aprobaba lo solicitado por el pueblo.
Gumersindo Márquez Chaparro nació en Galaroza. Marchó a trabajar a Huelva para dejar de constituir una carga para la familia y el primer sueldo que ganó los envió para que su padre pudiera pagar sus deudas; allí estudió el Bachiller. Luego se trasladó a Cádiz donde se hizo médico con un gran trabajo como lo refleja el haber obtenido seis premios extraordinarios. Posteriormente, ya en Sevilla, ganó por oposición el Premio Extraordinario de Doctor en Medicina. También fue nombrado Catedrático de de la Escuela de Medicina, médico por oposición de la Beneficiencia domiciliaria y Decano de la misma. Gumersindo Márquez fue escogido como primer Presidente del Real Colegio de Médicos de Sevilla e ingresó en la Real Academia de Medicina de Sevilla en 1914.
Los actos comenzaron el día antes, con un repique general de campanas y la Banda de Música, dirigida por D. Agustín Trujillo Muñiz, recorriendo las calles del pueblo. Un pueblo que se preparaba para la ocasión engalanando sus calles y confeccionando arcos de flores, banderas, etc. El día 29 de Octubre, fecha del homenaje, amaneció con la alegre diana.
A las doce del mediodía se convocó una gran multitud en el Paseo del Carmen para recoger al Dr. Márquez en su casa y acompañarle al Ayuntamiento. Tras el solemne y festivo descubrimiento de una placa con el rótulo de la calle con su nombre, la comitiva se dirigió a la Casa Consistorial.
Una vez allí, y asomados al balcón del edificio, ante el gran número de vecinos presentes, se sucedieron numerosos discursos a cargo del Alcalde de Galaroza en aquella época, D. Antonio González y González, Emeterio Rey Móure, médico titular del pueblo, José González Muñiz, vicepresidente de la Sociedad de Socorros Mutuos “La Alcancía”, Manuel Arellano y Santos, maestro e impulsor del homenaje, Julio Fernández Tristancho, profesor de Primera Enseñanza, y Gerardo Moya y Díaz, médico titular de Galaroza, que habló en nombre de la profesión médica.
Tras los inmumerables aplausos y vítores que provocaron estos discursos, tomó la palabra el Doctor Márquez, agradeciendo con gran humildad el homenaje que se le tributaba. Entre otras frases de especial emoción, se declaró como “un enamorado de nuestra tierra, un cachonero más”, y añadió que lo que más le satisfacía en esos momentos era el hecho de ser paisano de este pueblo, en un brillante canto de amor hacia Galaroza.
Al homenaje asistieron numerosas autoridades locales y provinciales, como los Diputados Provinciales vecinos de Galaroza D. Manuel Muñiz González y D. Ismael González Romero, el Juez del pueblo, Rafael Alcayde y Carvajal, el párroco Eduardo Martínez la Orden, y Alcaldes y concejales de todos los pueblos de la Sierra. Finalizado el acto, se ofreció un refresco en los salones altos del casino de Rafael Lozano González.
Todo cuanto sucedió en este homenaje fue recogido en un libro por iniciativa de “La Alcancía”, Sociedad de Socorros Mutuos para alivio de obreros enfermos y ancianos, cuyo presidente de honor y protector entusiasta fuera D. Gumersindo Márquez. Este libro se imprimió en la Fábrica de Libros Rayados de Antonio Guerra, en Sevilla, en 1917.
Lamentablemente, quiso la mala fortuna que aún no hubiera visto la luz dicho libro, cuando llegó la noticia de la muerte de D. Gumersindo Márquez Chaparro. Como aparece escrito en sus últimas páginas, “Triunfó la muerte, luchadora eterna, vencedora siempre”.