La adolescencia ha sido considerada como una de las etapas más complejas en la vida de los seres humanos, pero hay varios aspectos en la personalidad a estas edades que reflejan su crecimiento a nivel emocional. Estos cambios generalmente enorgullece mucho a los padres y es importante saberlos detectar y hablar de este tema con los hijos.
Muchas investigaciones sobre psicología revelan las cualidades de una personalidad madura en la etapa de la adolescencia. Por ejemplo, la capacidad de amar de una forma solidaria y gratuita. Esta conducta supone dejar de lado el egoísmo, para que los jóvenes inicien el camino de solidaridad hacia las personas que los rodean, además de adquirir la capacidad de sacrificarse por los demás y amar desinteresadamente, no buscando el bien personal, sino el de la persona que se ama.
La capacidad de empatía para acoger y compartir, que significa ser capaz de colocarse en el lugar de la persona a quien se acoge o con quien se comparte. Se podría decir que significa vivir lo que ella vive, porque solamente de esta manera se llega a una plenitud en la acogida y en el compartir.
Un control adecuado de la vida emotiva es otros rasgo de la personalidad que los jóvenes que están creciendo bien emocionalmente suelen mostrar a su entorno. Este aspecto se puede notar en sus reacciones ante situaciones emocionales de diversa índole. Por ejemplo, los padres de adolescentes sanos pueden observar en sus hijos con facilidad el predominio de estados de humor positivos en varios de sus comportamientos habituales.
La aceptación individual de los adolescentes
La aceptación de la imagen adecuada de sí mismo es un aspecto revelador de la madurez de los jóvenes. Esta aceptación exige el conocimiento propio, la adopción del sentido de la autocrítica. En este aspecto es importante mantener una comunicación continua con los adolescentes, debido al impacto que la sociedad deja en ellos, por ejemplo, la imposición de ideales de la belleza. Una situación que puede provocar ciertos conflictos, tales como querer lucir más delgados o musculosos para ganar más aceptación entre los demás.
Un adolescente que ha madurado de acuerdo a su edad debe mostrar un adecuado sentido de la realidad personal y social. Tener esta cualidad les proporciona elementos que le evitarán evadir la realidad, aislarse o alejarse del mundo. Tener este sentido es una fuente de ayuda muy necesaria para lograr el conocimiento propio.
La ausencia de ansiedades, dudas y temores en grado notable es otro aspecto relevante. Lentamente el adolescente que tiene un crecimiento saludable a nivel psicológico debe ir superando las angustias. El conocimiento de sí mismo, el ser realista revela parte de su madurez y le ayudará a adaptarse mejor. Conforme los jóvenes obtengan su autonomía les ayudará a ser menos dependientes y confiar más en sus cualidades y capacidades.
Los adolescentes y su esfuerzo para lograr metas a futuro
Cuando estos jóvenes prescinden de metas inmediatas para buscar objetivos a largo plazo están evidenciando su sano crecimiento. Es decir, deben mostrar que tienen la capacidad de comprender y aceptar que no de puede vivir deseando que las cosas se realicen en forma inmediata, sino trabajar para el futuro.
Por últimos, estos jóvenes deben vivir la vida con alegría, encontrando inclusive sentido a las frustraciones y vivir de manera positiva las diferentes experiencias que se le presenten debe ser una de sus características. Es importante para ellos tener valores que le impulsen a luchar en la vida, a superarse y a no dejarse vencer por las circunstancias adversas que se le presenten en el camino.