Hay que seguir creyendo en la humanidad, no queda otra tras ver la reacción de centenares de catalanes y residentes en Barcelona, en la foto vemos el caso de Miguel García, un héroe como otros cientos que tras el horror se volcó en ayudar de todas las maneras posibles, en su caso no sólo fue a donar sangre, acogió en su casa a una familia francesa que se encontraron sin poder recoger su coche, como el propio Miguel explica vía Twitter, “Hoy ya no duermo solo. Se viene una familia de franceses a casa con dos niños aterrorizados. ¿Qué peli y cena especial hacemos?“, ese fue el primer tuit al que le siguieron varios explicando la situación, “Se les ha quedado el coche en Plaza Cataluña y dormían en el Penedés, a unos 50-60 km de Barcelona” explicaba Miguel, que una vez en su casa les ofreció ropa limpia, cenaron juntos y vieron una película para entretener a las pequeñas que estaban asustadas. Gestos como el de Miguel se repitieron por toda Barcelona con turistas que no podían acceder a sus hoteles o vehículos.
A destacar también la reacción ciudadana donando sangre hasta tal punto que los hospitales tuvieron que pedir que la gente regresase al día siguiente por que estaban completamente desbordados de la respuesta de la gente.
Por supuesto las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, se mostraron como siempre valientes, solventes y como auténticos héroes sin capa, tanto los Mossos como el resto de competencias de seguridad dieron un ejemplo de saber estar, tranquilizadores como pocos ante una desastre de esta magnitud, jugándose la vida para salvar la de otros muchos, además de dar un ejemplo de como saber actuar en redes sociales en todo momento, desmontando bulos y pidiendo que solo se hiciese caso a tuits oficiales, si no es por su rápida investigación y actuación lo de Cambrils tendría ahora a buen seguro otra dimensión.
El horror ha golpeado Barcelona, golpea España y Europa nuevamente, pero como suele pasar en estos casos, ante situaciones trágicas o extremas, el ser humano contragolpea el horror y la maldad, con corazón y entrega, hay que creer en la humanidad, sin lugar a dudas.