La pasado miércoles, 27 de octubre, la revista Semana publicó una exclusiva, en donde el matrimonio de José Ortega Cano y Ana María Aldón, hablaron sobre diversos temas, de los que no podían faltar, los relacionados a la familia de su marido: el círculo familiar conformado por Rocío Carrasco, hija de su anterior esposa, “la más grande”, Rocío Jurado.
Ana María Aldón ganó un nombre propio tras su paso por el reality “Supervivientes 2020”, donde tuvo que convivir y competir con otros concursantes. Uno de los que llamó muchísimo la atención fue la hija de Rocío Carrasco, Rocío Flores, del cual Ana María vendría a estar emparentada, ahora que pertenece a la familia del diestro.
“No me posicioné a favor de nadie”, dijo Ana María.
La mujer de Ortega Cano tuvo que salir a paso para explicar esas declaraciones sobre la hija de “la más grande”. En su visita al plató de “Viva la vida” explicó que: “me preguntaron por la relación con Rocío”, comenzó diciendo la diseñadora, “cuando tengo a la redactora que me hace muchas preguntas sobre Rocío, dije que había que respetarla, esté o no esté de acuerdo”, dijo. Aclaró que no tomó posición por ningún bando y que, para ella, lo importante eran los niños que, según sus propias palabras “han sufrido mucho”. Visiblemente molesta por la forma en que sus palabras fueron, según ella, sacada de contexto por algunos medios, dijo “no la entiendo, pero no me queda más remedio de respetarla”.
La revista difundió expresamente sus palabras “si Rocío Carrasco quiere vivir de una determinada manera, hay que respetarla. Ella es dueña de su vida. Yo no la conozco de nada. ¿Quién soy yo para juzgar qué?”
También quiso aclarar sobre unos rumores que afirman un supuesto acercamiento entre Rocío Carrasco y Gloria Camila Ortega, a pesar que ésta última ha dicho hasta la saciedad que eso no ha pasado. Ana María no hizo sino confirmar las palabras de Gloria Camila: eso no ha ocurrido. Para finalizar, quiso dejar muy en claro que los rumores sobre la supuesta homosexualidad del diestro son solo eso, rumores y con muy mala intención: “Mi marido es un hombre muy hombre”, sentenció.