Álex Lequio moría este miércoles en un hospital de Barcelona a consecuencia de uno de los tipos de cáncer más raros y mortíferos que existen: el sarcoma de Ewing. Se trata de un tumor poco frecuente pero de muy mal pronóstico. El hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio sufría una enfermedad que es más habitual en niños y jóvenes de menos de 20 años. Afecta a los huesos o al tejido blando que hay a su alrededor.
La propia Asociación Española Contra el Cáncer reconoce que solo "una pequeña proporción" de los pacientes que padecen el sarcoma de Ewing se curan. Además, su tratamiento requiere cirugía, sesiones de radioterapia y quimioterapia muy agresivas y la toma de varios medicamentos.
Lo usual es que el tumor dé la cara a través de fuertes dolores en la espalda. Y eso es lo que le ocurrió a Álex. Un buen día, en el año 2018, el joven empresario decidió acudir a la Clínica Ruber de Madrid tras horas de intenso sufrimiento. Allí comenzaron las pruebas y, en cuanto la familia supo de la gravedad de la dolencia, Lequio Jr. viajó a Estados Unidos en busca de un milagro.
La Sociedad Española de Oncología Médica recomienda "que el diagnóstico se haga en un centro de gran volumen, con patólogos expertos en sarcomas". La actriz y su hijo se decidieron por el prestigioso Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York. Álex fue tratado con protonterapia, un tipo de radioterapia que entonces no había llegado a España, pero que ya está disponible.
El hijo de Ana y Alessandro experimentó una notable mejoría. Incluso su madre llegó a decir en marzo de 2019 que "la pesadilla" había "terminado". Pero finalmente, tras volver a ingresar varias veces en distintos centros sanitarios de nuestro país, la dura realidad ha acabado imponiéndose.
El sarcoma de Ewing es temido por la escasa supervivencia de los enfermos a los que ataca. No obstante, ésta ha aumentado en los últimos años. La AECC destaca que "se ha pasado de una supervivencia del 44% al 68% a los cinco años y del 39% al 63% a los diez años". La Clínica Mayo asegura que este cáncer puede aparece "a cualquier edad, aunque es más habitual en menores de 20 años y en personas de ascendencia europea".