Cuando el río suena, agua lleva. Y cuando se viene publicando por activa y por pasiva que Belén Esteban está cada vez más cerca de abandonar Sálvame y poner fin a su etapa en Telecinco, es porque esta opción está más cerca de lo que no lo ha estado nunca en los últimos lustros.
Para muestra un botón que podría hacer saltar todo por los aires antes de lo esperado, la crítica inesperada y en directo a sus jefes de Sálvame y a quienes los amparan en Telecinco por la forma en la que se está programando el futuro del espacio decano de la crónica rosa patria.
Y es que, en su última aparición en antena, la colaboradora de Sálvame muestraba públicamente y por primera vez su desafección con sus jefes en relación a su intención de mover la silla a Rafa Mora y dárse a Kiko Jiménez, a quien la cadena entiende puede dar más juego de ahora en adelante.
"Me parece muy mal lo que ha hecho dirección de hacer una competición", espetaba la de San Blas con cara de pocos amigos y sabedora de que se estaba enfrentando a sus jefes. Unos jefes a los que ha perdido el miedo, pues su deseo de dejarlos estaría ya a la vuelta de la esquina.