La colaboradora de Sálvame no se está adaptando a estar en la casa, y en parte por culpa del que se declara enemigo de Mila y sus palmeros, Hugo Castejón. Aunque por muchas discursiones que tenga dentro de la casa la periodista está haciendo todo lo posible para pasárselo bien dentro del reality y disfrutarlo al máximo. Gran Hermano hace unos años ya incorporó "La Curva de la vida". Una gráfica que hacen los concursantes sobre una pizarra para explicarnos como ha sido su vida desde que nacieron hasta llegar donde están ahora. Ayer le llegó el turno a la colaboradora de Sálvame, que sin apenas poder pronunciar palabra por las lágrimas, abrió su corazón a todos los espectadores como nunca antes lo había hecho. Os contaremos las confesiones más intimas que nos dejó Mila Ximénez.
“Me enamoré con sólo 18 años y no pude ser libre, ni feliz. Fue una relación que me dejó muchas secuelas”. Unas duras palabras que dejó a todo el mundo con el corazón encogido. Pero esto no fue todo, Mila recordó al padre de su única hija, Manolo Santana, y aquí ya le costaba expresarse debido a las lágrimas que recorrían su rostro. “A veces pienso que yo no di todo de mí para que aquella relación funcionará, pero me dio lo más bonito de mi vida”, confesó.
La periodista llegó a decir que “vivió 10 años de su vida francamente malos desde la separación con Manolo porque no tenía dinero y tuvo que alejarse de su hija”. Tras la tempestad siempre llega la calma, y en este caso el trabajo la salvó. “Raúl Prieto me salvo la vida. Me llamó para ofrecerme colaborar en 'Aquí hay tomate' y eso me cambió la vida. Luego llegó 'Crónicas Marcianas' y todo fue mucho mejor, a partir de ahí pude recuperara a Alba”, afirmó.
No obstante, el momento más bonito fue cuando Mila recordó a sus nietos. “Ellos son lo mejor que tengo en la vida, nunca pensé que nadie me llamaría abuela. Quiero que se sientan muy orgullosos de mí”.