Ha sido Karim, su hijo pequeño, quien ante la 'presunta' sarta de mentiras que su madre ha vuelto a vomitar en GH VIP, ha salido a desmentirla en unas declaraciones dadas al digital Cotilleo, pero sin ninguna imagen suya ya que quiere seguir en el anonimato.
Aramís Fuster, que ni se llama Aramís ni Fuster, nació en la bella localidad catalana de Berga en Octubre de 1954 y no hace 695 años como ella proclama, pero esa sería una mentirijilla sin importancia comparada con todas las que suelta sin parar.
Lo importante son sus dos hijos nacidos de padres distintos y con los que asegura no mantener relación desde hace 20 años: “No me quieren, me desprecian. He llorado sangre, he llamado mil veces. Me han dicho las palabras más denigrantes y pensaba que con el tiempo reflexionarían, pero no ha sido así”.
Aseguró en la casa, que a ella ningún hombre le levantaba la mano y que sus hijos lo habían hecho más de una vez. Por eso, el menor Karim, no ha dudado en hablar con los compañeros de Cotilleo para desmentir una vez más a su progenitora (no es la primera vez que Aramís, sabedora de que sus hijos no quieren ser públicos y no hablarán, hace este tipo de denuncia).
Ha sido la mentira del maltrato lo que más ha dolido a Karim: “Escupir contra la gente es muy fácil. Luego tú, además, tienes que salir al paso y demostrar que no y argumentarlo. Esas mentiras me salpican”, asegurando además que no es cierto que no tengan ninguna relación y que cada vez que su madre contacta con él es para pedirle dinero.
“Si ella quiere aparecer en un programa de televisión, genial, me parece estupendo y que se gane la vida”. Pese a todo no se avergüenza de ella: “Yo ni me avergüenzo ni me dejo de avergonzar por ella. Cada uno elige vivir la vida como quiere”.
Mentiras y montajes, esta es su vida
La “bruja” que triunfó en los platós televisivos en la década de los 90, mantuvo unas líneas telefónicas, supuestamente para ayudar a la gente. En realidad lo que hacía era tener contratadas a unas mujeres que se ocupaban de mantener al otro lado del teléfono a las incautas e incautos que llamaban el máximo tiempo posible, para recaudar cifras escandalosas por una supuesta videncia. Ella nunca atendía ninguna llamada personalmente a pesar de la publicidad en este sentido.
En 2016 y tras haber sido desahuciada por impago, protagonizó un supuesto intento de suicidio que la llevo a ser recluida en la unidad psiquiátrica del Hospital de la Paz de Madrid. Unos años antes y siendo requerida por un reportero de “Aquí hay tomate” aseguró haber ingerido pastillas y una sobredosis de insulina, por lo que también tuvo que ser ingresada. Los supuestos intentos de suicidio resultaron tan falsos como su currículo.
Posteriormente se decidió a ofrecer sus servicios como “dominatrix” en la web de escorts de Anna Solano. Las fotos que exhibía, daban vergüenza ajena y no realizó ningún servicio por lo que no tardó en desaparecer de la mencionada web.
Curiosamente ella les contaba a sus compañeros de reality, que alguien relacionado con nada menos que el rey Fahd de Arabia Saudita y aficionado a ese tipo de relaciones, quedó tan satisfecho que le regaló: un avión privado, un yate y un Bentley.
Ella dice devolvió los regalos, regalos que no han existido más que en su mente calenturienta, que inventa e inventa sin importarle haberse convertido en la máxima autoridad del freak show, aunque ella insiste en que lo es del ocultismo.
De nuevo la sombra del desahucio la persigue. La orden para echarla de su domicilio actual en Marbella ya ha sido dada. Aramis no paga el alquiler y la deuda asciende a más de 6 euros.
De ahí que se haya prestado a hacer de comparsa en GH VIP, mostrando su cuerpo a todas horas y exhibiendo un look ajado, muy alejado de sus performances con excentricas pelucas y maquillajes imposibles.