Cobra Kai es excelente. Así, sin más. La serie, estrenada en Youtube Red en 2018 (servicio de pago) y que consta de dos temporadas (se desconoce por qué no fue continuada) aterrizó en Netflix el pasado 23 de octubre y, para beneplácito de sus fanáticos (donde me incluyo), estrenará su tercera temporada el próximo 8 de enero de 2021.
Cobra Kai, como muchos sabrán, es una continuación directa de The Karate Kid, la entrañable saga de películas, estrenada en 1984, y protagonizada por Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y el Sr. Miyagi (Pat Morita), pero esta vez se centra en los personajes de la primera película, Daniel, y Johnny Lawrence (William Zabka).
Cobra Kai, un producto fresco que revitaliza y expande la saga.
Tras el éxito de series como Stranger Things, donde se recupera la década de 1980, la industria del entretenimiento (que pareciera estar quedándose con muy pocas ideas) decidió irse por lo seguro y rescatar una marca conocida como The Karate Kid. Sin embargo, Cobra Kai hace más que regalarle a sus espectadores un producto lleno de fanservice y nostalgia. La serie refresca, revitaliza y expande la saga.
Mientras que en la primera película, Daniel y Johnny son representados como el bueno y el malo, en la serie se permiten llenar de matices los personajes, dándoles una profundidad bastante significativa, haciéndolos más cercanos y humanos.
Cobra Kai ocurre 30 años después del abierto de karate de All Valley de 1984. Daniel ahora es un hombre exitoso, dueño de su propio negocio y con una familia encantadora. Johnny, en cambio, es un desastre: sin un trabajo estable, pica pleitos, políticamente incorrecto (lo que dota a la serie de un humor desternillante) y que ahoga sus problemas con el alcohol, lo hacen un ser bastante complicado.
Por cosas del destino, Daniel y Johnny vuelven a encontrarse, lo que vuelve a encender la rivalidad entre ambos, solo que aquí no todo será blanco o negro. La presencia de los hijos de los protagonistas y el remordimiento que tiene Johnny al fallar en su papel como padre a su hijo, Robbie, lo hace encariñarse con Miguel, su vecino y primer alumno en Cobra Kai. Y es precisamente en esta premisa, en que la serie se empeña en desarrollar a Miguel y a Robbie, donde el espectador puede entender a los protagonistas y su forma de comportarse.
Balance, cambio y redención.
Las premisas más repetidas son balance, cambio y redención. Johnny y Daniel están buscando poner orden en sus vidas. El primero quiere encontrar su lugar en el mundo. Se siente que no pertenece a ningún lugar, y eso se comprueba en los primeros episodios de la serie.
Zabka interpreta a un personaje desfasado: vive de la gloria pasada, escucha música de los 80, maneja un auto “clásico” y, luego de la derrota en el abierto de 1984, toda su vida se fue al demonio. De ser un bully, ahora se convierte en un defensor de los acosados, aunque eso no lo convierte de inmediato en “el héroe”. Abre su academia de karate y sigue siendo duro, implacable y muy políticamente incorrecto, aunque esa incorrección ayuda a sus nuevos alumnos a que tomen el control de sus vidas. No quiere que sus alumnos cometan sus mismos errores, por lo que intenta cambiar el credo de Cobra Kai. Su relación con Miguel es muy simbiótica, aprenden el uno del otro.
Macchio interpreta a un Daniel que, aunque tiene una mejor vida que Johnny, siente que le falta algo. Su relación con su hija, quien de pequeña era su compañera de entrenamiento, se enfría porque entra a la adolescencia. Y es donde Robbie juega un papel fundamental al hacer que pueda reencontrarse con el karate, y siente que tiene una gran responsabilidad al tener que llenar el espacio dejado por el Sr. Miyagi.
Su rivalidad con Johnny mantiene la tensión durante sus encuentros, aunque a veces da la impresión que se pueden llevar muy bien. Vemos que los personajes son muy humanos y van cambiando conforme se desarrolla la trama, eso sí, el camino de Johnny es más largo porque incluye la redención.
Sin duda Cobra Kai es un producto que nadie pidió pero que es totalmente interesante y entretenido. A las nuevas generaciones, presenta la premisa de no dejarse abusar (sin necesidad de tener que llegar a los golpes) y a los que crecimos con las películas, nos sacará más de una sonrisa presentarnos los guiños y referencias y al profundizar en los personajes. Recomendado al ciento por ciento.