Isabel Pantoja estaría “agotada” mentalmente por todo lo que está sucediendo en su familia. La tonadillera siente que está atada de pies y manos para vender la finca Cantora por una razón de peso: la salud de su progenitora que, desde hace varios años, no sale de la finca.
[Sumario]
Isabel y Kiko están viviendo la mayor disputa que se recuerda, en público, pero la tonadillera ya ha llegado al límite de sus fuerzas por su progenitora, según ha querido explicar su hija, Isa Pantoja, en “El programa de Ana Rosa”.
Si existiese alguna posibilidad de vender la famosa finca Cantora, en estos momentos, no estaría en los objetivos de la cantante. Según su hija, Isa Pantoja, la cantante está al límite de sus fuerzas y ha querido reducir sus rutinas diarias a la mínima expresión por culpa de la pandemia del coronavirus.
En los últimos meses, la madre de Isabel Pantoja, doña Ana, por la que siente adoración y se ha desvivido para que reciba los mejores cuidados posibles, ha sufrido un importante “bajón” en su estado de salud por lo que la tonadillera está muy preocupada y más sensible de lo normal. La matriarca de los Pantoja, de 89 años, ha hecho de la finca Cantora su casa y en los últimos años ha sufrido varias indisposiciones y problemas relacionados con su edad y la enfermedad degenerativa que sufre, por ejemplo, un ictus.
Hay que recordar que Isabel Pantoja tuvo que abandonar las grabaciones del programa “Idol Kids” hace poco más de un año, por el ictus que sufrió su madre y que hacía pensar lo peor. Finalmente, doña Ana se recuperó y volvió a Cantora.
Desde ese momento, Isabel Pantoja vive encerrada en la finca e intenta colmar con todas las atenciones posibles a su madre. Por eso, en estos momentos, lo único que le importa a Isabel Pantoja es la salud de la persona que más quiere en el mundo: doña Ana.
En los últimos años, la tonadillera muestra una gran tristeza por el delicado estado de salud de doña Ana y que se ha visto agravada por culpa de las grandes diferencias con su hijo que han dinamitado la paz del clan Cantora y no habría ninguna opción de vender Cantora. Isa lo deja claro: “Yo la he visto destrozada. Desde hace semanas, voy todos los fines de semana, estoy con ella, nos quedamos días… La llamé después del “Deluxe” de mi hermano y me dijo que estaba muy mal, que no quería hablar con nadie, que necesitaba pensar las cosas. Mi madre tiene que estar muy mal, porque ni siquiera quiere hablar de ello”.
”Mi madre está en una situación que no duerme, que no descansa, porque está día y noche cuidando a una mujer mayor que es mi abuela” (…) “Lo está pasando muy mal” (…) “No creo que esté dispuesta a vender Cantora porque la situación está de por sí ahora mal, y además mi abuela está mal”.