Operación Triunfo se ha despedido por todo lo alto y dando la victoria a la gran favorita de esta edición, Amaia. La de Pamplona ha sabido conquistar al público con su talento y su naturalidad. Y hasta tal punto llega esa conquista que la gala batió todos los records de audiencia, concentrando a casi 4 millones de espectadores.
Y es que la gala final de OT 2017 se desarrolló entre lágrimas de emoción, videos recopilatorios y percances con el sonido, que llegaron en el último momento. Comenzaron saliendo al escenario los cinco finalistas, que cantaron el tema Mi gran noche junto al gran Raphael.
Llegó el turno de las actuaciones de la primera fase de la final. Actuaron, por separado, cada uno de los concursantes. Alfred defendió Dont stop the music de Jamie Cullum; Aitana emocionó con Chandelier , de Sia; Ana Guerra demostró su talento con el mítico tango Volver, de Carlos Gardel; Amaia interpretó impecablemente Miedo, de M-Clan ; y Miriam cerró la fase dejándose el alma con Invisible, de Malú.
Tras la primera fase tocaba recoger los últimos votos y reconstrucción. Mientras todo eso se hacía, los concursantes recibían la visita de Pablo Alborán, que dejaba una anécdota para la historia al emocionar a una Aitana que exclamaba asombrada ¡sabe mi nombre! El artista visitó el plató para aconsejar a los concursantes y, también, para interpretar su último éxito : Prometo.
Y entre tanta emoción llegaba el momento de conocer cuáles eran los dos concursantes menos votados, que se apeaban en ese momento de la competición. La primera eliminada fue Ana Guerra, que se alzaba así con el título de quinta clasificada. El siguiente en abandonar el barco fue Alfred. El catalán se convertía en el cuarto finalista para sorpresa de muchos, especialmente de Miriam que no podía disimular su asombro al verse en la final.
Después llegó la segunda fase. En ella, las finalistas interpretaron el tema que cantaron en la gala 0. Aitana se pudo resarcir de los errores provocados, en su día, por los problemas de sonido, y triunfó con Bang Bang, de Jesie J. Amaia volvió a emocionar con Starman, de David Bowie. Miriam cerró, de nuevo, la fase con No te pude retener, de Vanesa Martín.
[Sumario]Mientras las líneas se cerraban y se reconozcan los votos, Roberto Leal se dispuso a hablar con los finalistas, pero también con los 11 exconcursantes que, por un día, volvieron a ocupar los sillones del plató. Fue en ese momento cuando se cumplió la que es posiblemente, la peor pesadilla para un presentador: una mesa de sonido se estropeó y casi todos los micrófonos dejaron de funcionar.
Pero lo que podía haber dado al traste con la final de OT terminó siendo, casi, una bendición. Roberto Leal y el equipo dieron una lección de profesionalidad, salvando con maestría y naturalidad los últimos minutos de programa.
Y mientras se trataban de arreglar los problemas llegó el momento de conocer el resultado de las votaciones. Amaia, Aitana y Miriam cruzaron por última vez la pasarela, acompañadasi de Roberto Leal. Sobre el escenario, arropadas por sus compañeros, escucharon el veredicto del público. El tercer puesto fue el primero en desvelarse y no hubo sorpresa: Miriam se alzaba, feliz, como tercera clasificada. Después llegó el turno de conocer a la ganadora. Rosa López, que había participado toda la gala como jurado, fue la encargada de acompañar a Roberto Leal en el momento de gritar el nombre de Amaia como vencedora.
Pero Rosa no fue la única que quiso acompañar a los concursantes en ese momento. Tras las palabras de agradecimiento de Aitana, Amaia y Roberto Leal, David Bisbal pisó el escenario. El almeriense había acudido para hacer una actuación que los problemas de sonido impidieron llevará cabo. Sin embargo, el público no dejó que Bisbal se marchase si cantar y consiguió que el artista entonase, a capella y de forma magistral, unos versos de su tema Mi princesa.
Y Bisbal no fue el único que se animó a darle un toque de improvisación al final de la gala. En medio del alboroto y el desconcierto, y animados por el público, los 16 concursantes se lanzaron a interpretar su himno, Camina. Y lo hicieron sin una coreografía marcada, compartiendo micrófonos y, en definitiva, dejándose llevar por la magia de la música.