La Policía Nacional, en colaboración con la Tesorería General de la Seguridad Social y el Instituto Nacional de la Seguridad Social, ha investigando 27 expedientes en España, por un fraude de casi 2 millones de euros, por el cobro de pensiones de personas fallecidas.
Las investigaciones comenzaron a principios de año, con la información de las entidades financieras, a requerimiento de la Tesorería General la Seguridad Social, en al haber detectado varios casos en los que abonaban las mensualidades a personas fallecidas, siendo sus perceptores quienes mediante la simulación, o falseamiento, de la vivencia de las personas muertas se beneficiaban de esta ayuda económica.
62 investigados
Así, se comenzó una investigación en las provincias de Alicante, Almería, Cantabria, Córdoba, Las Palmas, Lérida, Lugo, Madrid, Málaga, Pontevedra y Valencia, que culminó con la implicación de los investigados por delitos de fraude de prestaciones, estafa y falsedades documentales.
Se han revisado 27 expedientes, investigadas 62 personas, de las que resultaron implicadas 19 de ellas por el fraude de 1.932.211,27€ al Instituto Nacional de la Seguridad Social. Los responsables del delito han resultado ser familiares de las personas fallecidas, principalmente hermanos, hijos y sobrinos.
Se ha dado la circunstancia, que en ciertos expedientes los defraudadores ya han fallecido. En todos los casos se ha realizado un informe patrimonial de las personas implicadas, con el fin de que la Tesorería General de la Seguridad Social pueda solicitar el embargo de aquellos bienes que considere oportuno, o en su caso el Juzgado que entienda de cada una de las causas pueda utilizarlos con el fin de cubrir las responsabilidades oportunas.
Cobró la pensión 31 años
Llama la atención el caso de una pensionista de la Comunidad de Madrid, que estuvo cobrando 31 años su prestación una vez fallecida, desde marzo de 1985 hasta octubre de 2016, por un total de 173.170,43€ defraudados.
El pago de la prestación se hacía en una entidad bancaria, en la que la hija de la fallecida estuvo domiciliando recibos ordinarios y sacando el dinero que consideraba necesario para sus gastos. Para ese ardid, solicitó diversos Certificados de Fé de Vida de su madre fallecida, entregando estos documentos posteriormente a la entidad bancaria y a la Seguridad Social, para cobrar la pensión de su madre. En otras ocasiones entregaba fotocopia del DNI de la fallecida, junto con el suyo, para acreditarse como persona facultada de su madre, y cuando necesitó ponerse como autorizada en la cuenta bancaria, dónde se cobraba la pensión.
Insólitas razones
Entre las razones que han argumentado los defraudadores para cobrar la pensión de sus familiares fallecidos están las tradicionales de “no sabía nada”; “la seguían ingresando todos los meses en el banco”, “pues si lo pagaban, no iba a renunciar”.
Una de las causas más insólitas que los agentes subrayan es la de mujer que manifestó ante los policías, que el motivo por el que seguía haciendo uso de la pensión de su madre fallecida, es que “aún no había asumido su muerte”, por lo que consideraba que todavía le correspondía el cobro de la pensión.