La erupción del volcán de La Palma ha centrado los ojos a nivel mundial en la "isla bonita" y también ha cambiado la agenda del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El líder del Ejecutivo ha cancelado la mayoría de los actos que tenía programados en Nueva York, aprovechando la intervención del socialista en la Asamblea General de la ONU, y su viaje ha quedado reducido a su presencia en unas pocas horas, según confirman fuentes gubernamentales a COLUMNA CERO.
Sánchez abandonó a última hora de este martes la isla de La Palma tras reunirse con el Comité Director del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (PEVOLCA). La Moncloa ha conseguido adelantar unas horas la intervención del presidente del Gobierno, que estaba prevista para el jueves, y ha programado a última hora algún acto para aprovechar la presencia de Sánchez en la Gran Manzana. Entre ellos, está previsto el encuentro con el secretario general de la OTANA, Jens Stoltenberg, en el Instituto Cervantes. Después, volverá a La Palma, donde coincidirá con Felipe VI y doña Letizia en su visita a la isla el próximo jueves.
La Moncloa había organizado un viaje económico en el que Sánchez tenía actos con los que iba a intentar atraer grandes inversores e incluso en el que tenía previsto mantener una reunión bilateral con el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson; o con el emir de Catar. Además, el presidente tenía pensado participar en un evento con Michael Bloomberg para explicar la oportunidad de la transición ecológica y digital a grandes inversores internacionales.
Sánchez ha estado muy pendiente de la situación de La Palma desde el inicio de la erupción volcánica. Horas después de que comenzara a expulsar lava, Sánchez se trasladó a la isla para ser testigo de la destrucción que generaba el magma allí por donde pasaba. Sánchez recalcó que, como ha ocurrido con la solidaridad y empatía ante otras catástrofes en el país, “toda España está con La Palma. Esto está siendo un ejemplo de unidad y, cuando se trabaja de forma conjunta, la ciudadanía lo agradece, se da seguridad y un horizonte y perspectiva. Traslado mi compromiso total y rotundo con la recuperación para que este volcán no deje a gente atrás ni dañada económicamente, aunque haya cuestiones que no se podrán reparar, como los hogares, con la carga emocional que eso conlleva”.
El PEVOLCA establece un semáforo volcánico como sistema de alerta a la población basado en cuatro colores en función del riesgo. En amarillo se intensifica la información a la población, las medidas de vigilancia y monitorización de la actividad volcánica y sísmica. En el nivel actual, la actividad no implica un incremento del riesgo para la población.
El Comité Científico informó que desde 2017 se viene registrando una actividad sísmica anómala en el sur de la isla de La Palma, que desde el verano de 2020 se ha incrementado con la ocurrencia de 8 enjambres sísmicos. El último, que comenzó el pasado sábado día 11, ha sido el más intenso, tanto por el número de sismos localizados (más de 400 hasta la mañana de hoy), como por su magnitud, siendo sentidos por la población los mayores. Además, el Comité indicó que la profundidad de los sismos, que hasta ahora había oscilado entre los 20-30 km, ha disminuido hasta los 12 km durante este enjambre. En cuanto a la monitorización geoquímica de gases volcánicos, resaltó que los datos registrados de emisión de Helio-3 confirman el carácter magmático de este proceso, al registrarse el mayor valor observado de los últimos 30 años.