El Gobierno de España da por perdida la Generalitat de Cataluña. A pesar de que Moncloa apostó todo por la candidatura del PSC a la Generalitat, Salvador Illa, las fuentes cercanas al presidente del Gobierno aseguran que no se ha conseguido romper la dinámica de bloques constitucionalismo-independentismo y creen que habrá una reedición del Govern entre ERC y JxCAT.
Aunque el propio Pedro Sánchez aseguró en la sesión de control al Gobierno este miércoles en el Congreso de los Diputados que lo que necesita Cataluña es un gobierno bipartito entre el PSC y En Comú Podem presidido por Salvador Illa por el avance de la ultraderecha. No obstante, la versión entre los muros de Moncloa está marcada por un pesimismo palpable y descartar un cambio de rumbo en la estrategia de ERC, que pretende reforzar la alianza independentista con JxCAT.
El objetivo del Gobierno es afianzar la relación con los republicanos independentistas y ahondar en la misma en la mesa de diálogo que, están seguros en Moncloa, se formará tras la formación del Govern. Esta sería una forma de garantizar el apoyo del Grupo Parlamentario Republicano en el Congreso de los Diputados, de manera que Adriana Lastra y Gabriel Rufián mantuvieran un contacto permanente como líderes de sendos grupos parlamentarios.
La operación de Illa para reflotar los resultados electorales del PSC en Cataluña ha respaldado una estrategia de Moncloa para mejorar los resultados del PSOE en diferentes autonomías. Esto implicaría en algunos casos saltarse las primarias del partido a nivel autonómico que consiguieran, a su vez, un mayor apoyo en la autonomía en particular y en España en general.
Andalucía, Cataluña y Madrid suman 146 de los 350 diputados del Congreso. Son grandes arcas de votos que pueden marcar la diferencia en las representaciones políticas a nivel parlamentario. Por ende, hay miradas que apuntan a algunos ministros y, en particular, a la portavoz de Moncloa y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
La andaluza formaba parte del gobierno de Susana Díaz en junio de 2018 cuando Sánchez levantó el teléfono para que formara parte del nuevo Consejo de Ministros tras la moción de censura a Rajoy. Ahora, el movimiento sería a la inversa: Montero podría volver a Andalucía para intentar recuperar la Junta al ser una ministra muy valorada. La negativa de Díaz a abandonar la secretaría general del PSOE andaluz de forma pacífica y sin estridencias adelanta un nuevo duelo entre Sánchez y la andaluza, enemigos desde 2015, cuando se disputaron la secretaría general de los socialistas en España.
El objetivo sería que el PSOE volviera a gobernar Andalucía tras las elecciones autonómicas de diciembre de 2022 si se agotara la legislatura pero también tendría una lectura nacional: reforzar el papel del presidente del Gobierno y, por ende, aumentar el apoyo social al candidato socialista. El PSOE obtuvo 25 de los 61 diputados en Andalucía en los comicios del 10 de noviembre de 2019, lejos de los 36 de Zapatero en 2008. No obstante, el sucesor de Susana Díaz podría ser otro, aunque el resultado electoral en Cataluña abre la puerta a repetir la fórmula en otros territorios.