Las grietas del Govern se han visto hoy un poco más. La consellera de Presidencia, Meritxell Budó, y el president del Parlament, Roger Torrent, han evidenciado la ruptura de las dos caras de la Generalitat con el anuncio de las elecciones para San Valentín. Con todo lo paradójico de este fallo de raccord en el largometraje del procés, la portavoz del Govern se ha enterado hoy en una entrevista en SER Catalunya de cuál era el día exacto de las elecciones, que Torrent ha fechado para el 14 de febrero. Aunque Budó ha reconocido que este error de comunicación “no es normal”, ha desdramatizado que Torrent vaya por libre: “No es una deslealtad; hay un calendario y él solo ha contado los días”. De hecho, dice que la pandemia les ha unido más a ERC.
Budó también ha criticado la anomalía institucional que se genera con el cese de Torra: “No hay president porque se le ha juzgado por una pancarta, y eso lo tenemos que denunciar. Lo grave es que eso genere una inhabilitación”. También ha reconocido que la estrategia de Torra “requería esa inhabilitación” y por eso no convocó elecciones antes. Para Budó, el Gobierno no firmó la sentencia en el BOE porque era “una vergüenza”.
Sobre las elecciones, la portavoz del Govern las ha planteado como un plebiscito (sí o no a la independencia) después de un silencio largo (y eterno en radio): “Se tiene que elegir de forma plebiscitaria y las fuerzas independentistas tenemos que trabajar para superar el 50%. Las urnas deben servir para contarnos, ya que el Estado no quiere un referéndum pactado”.
La consellera aún cree que sus ojos verán la independencia de Cataluña: “Tengo esperanza, pero no ha sido fácil. Esta pandemia ha evidenciado que necesitamos todas las competencias para garantizar un futuro mejor”. Dice que debe haber un “común denominador” entre independentistas, pero reconoce que “a veces la política es más difícil de lo que parece”.
De ahí el descontento de la calle. A la pregunta de Josep Cuní sobre las críticas al Govern por no ir hasta el final con lo que se decidió el 1 de octubre, Budó ha insistido en echar balones fuera: “Hay que tener en cuenta la represión; tenemos prisión y exilio, y esa es la realidad de esta legislatura”. Dice que eso les ha dificultado la tarea y pide “una estrategia conjunta con las fuerzas independentistas” para seguir adelante.