El Parkinson es una enfermedad neurológica, de tipo crónico, que afecta progresivamente el sistema neurológico y que en estos momentos se considera que afecta a por lo menos 150 españoles, según las cifras que maneja la Sociedad Española de Neurología, SEN.
La enfermedad de Parkinson se han ido incrementando progresivamente en la última década y se prevé que se siga incrementando en las décadas venideras. Este incremente está asociado al aumento de la esperanza de vida y a que en la actualidad es más fácil realizar su diagnóstico. Pero a pesar de todos los avances conseguidos no solo en cuanto a detección sino de tratamiento para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas, siguen cometiéndose errores en su diagnóstico.
El Parkinson siguen siendo infradiagnósticado
Hay un porcentaje considerable de personas a las que no se les ha diagnosticado el Parkinson, un 28 % aproximadamente, mientras que existen otros que se les diagnostico y tienen en realidad otra enfermedad que presenta síntomas similares. Un paciente puede tardar un promedio e 1 a 3 años en obtener un diagnóstico sobre la enfermedad que padece.
Por lo general el Parkinson es asociado con temblores, rigidez en el cuerpo, disminución de la velocidad de los movimientos (bradicinesia), problemas al caminar y perdida del equilibrio. Y esto es lo que provoca errores en el diagnóstico de esta enfermedad, ya que entre 30 y el 40 % de las personas afectadas no presentan estos síntomas en la primera fase, sino que pueden presentar problemas cognitivos, del estado de ánimo, trastornos del sueño, entre otros.
Uno de los primeros síntomas de Parkinson en la mayoría de los casos es la depresión, aunque también pueden presentarse problemas como perdida del olfato, perdida de memoria, alteraciones en el patrón de evacuación, alteraciones en el sueño, etc., por lo que es imprescindible poder establecer de forma correcta cuales pueden ser estos síntomas iniciales, para poder reducir el tiempo de diagnóstico.
Factores que predisponen a padecer de Parkinson
Erróneamente se cree que el Parkinson es una enfermedad exclusiva de las personas mayores, aunque la mayoría de las personas que son diagnosticadas con esta enfermedad son mayores de 65 años, hay muchos casos de personas que comienzan a padecerla antes de los 50, e incluso hay casos que se han reportado en niños y en adolescentes.
Pero sigue siendo el proceso de envejecimiento el factor más importante e imposible de modificar, que predispone a padecer esta enfermedad, incrementándose la probabilidad a medida que se envejece.
La genética también puede influir en la predisposición de padecerla, aunque el porcentaje suele ser muy bajo. De igual manera el sexo influye en los síntomas, ya que en las mujeres se suele presentar de una forma más benigna y el progreso de la enfermedad es mucho más lento.
Hay factores externos que pueden aumentar la posibilidad de sufrir de Parkinson, como traumatismos craneoencefálicos y la exposición continuada a ciertos productos tóxicos.
Nuevos elementos para facilitar el diagnóstico del Parkinson
Lo principal es poder diagnosticar la enfermedad de forma correcta y a tiempo, ya que es la única forma de garantizar la calidad de vida del paciente, con tratamientos farmacológicos o no, que son imprescindibles iniciarlos en la primera etapa de la enfermedad.
Para realizar este diagnóstico, siguen siendo fundamentales las pruebas clínicas, pero cada vez más apoyadas en pruebas complementarias y en el uso de biomarcadores, que aunque aún se encuentran en fase de investigación, que permitan detectar la enfermedad a tiempo y predecir cual será su evolución y así poder personalizar el tratamiento a cada caso en partícula y permitirle al paciente que pueda enfrentar mejor al Parkinson.
