El científico y Premio Príncipe de Asturias colombiano estuvo 6 horas en sus instalaciones

Patarroyo prometió ayudar al centro para generar vocaciones y retó a los alumnos y profesores a convertir en dos años su Instituto en el mejor de Madrid.
Javier-Julio García Miravete
España
17.06.2017
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Durante seis horas el Premio Príncipe de Asturias colombiano Manuel Elkin Patarroyo, visitó el Centro Educativo en Parla que lleva su nombre, donde recibió el homenaje de sus alumnos y alumnas, convirtiéndose en espectador de su propia historia interpretada por los estudiantes de los diferentes grupos y cursos. En tan intensa jornada entregó diplomas a los ganadores de un concurso de microrelatos, fue obsequiado con una camiseta con su nombre, dátiles, un muñeco que le representaba elaborado por los estudiantes, un pink que los propios alumnos colocaron en la solapa de su chaqueta y el cariño y admiración de todos, a quienes retó a convertir el centro en el mejor Instituto de Madrid y prometió su ayuda para la obtención de estos fines.

Patarroyo había llegado a Madrid a las 22,30 horas del día anterior, procedente de Gran Canaria. Una hora antes varios amigos y conocidos: Antonio Pérez Prados (Catedrático de Matemáticas y Ex rector de la Universidad de Navarra), el periodista colombiano Norberto Latorre, el Director de la ONG Deporte y Cooperación Carlos de Carcer, y quien suscribe, aguardábamos su llegada en las instalaciones.

Eran las 10 de la mañana cuando dos alumnas marroquíes y el director recibían a las puertas del IES Manuel Elkin Patarroyo, al Premio Príncipe de Asturias colombiano, a quien obsequiaban con un vaso de leche y una bandeja de dátiles y nueces, conforme a las reglas de hospitalidad de este país. Poco después, el investigador atravesaba las puertas, ante el barullo de trabajadores, estudiantes , profesores y curiosos de otros centros que esperaban su llegada.

Poco a poco acompañado de Santiago J. Jiménez director del centro, la Jefa de Estudios Marina Martín Díaz-Marta, los adjuntos Cristina Albertos Pérez y Silvia Burillo Perea, la secretaria Alicia de Tena González y el claustro de profesores, Patarroyo fue visitando una por una las diferentes aulas donde le esperaban los chicos y chicas, acompañados por sus profesores. Pese a ser época de exámenes finales, durante dos semanas, todos habían indagado sobre él y su trayectoria científica, preparando paneles y audiovisuales que le fueron proyectados como presentación en cada uno de los cursos, donde tras la proyección permaneció entre 15 minutos animando a los muchachos y profesores y respondiendo a sus preguntas. Los diferentes talleres habían creado incluso juegos sobre el Dr. Patarroyo, elaborando barajas de cartulinas con diferentes preguntas que una por una iban extrayendo y formulándole los muchachos/as. En cada aula fue recibido por un chico y una chica que se presentaban como portavoces de su respectivo grupo, transmitiéndole su agradecimiento y alegría con su trabajo y por haber tenido la gran suerte de conocerle.

Quince minutos en cada aula con alumnos/as y profesores/as

Haciendo gala de su singular buen humor Patarroyo, preguntó varias veces dónde se habían llevado la bandeja de dátiles con que le había recibido. Habían dado con una de sus frutas favoritas. Algo que alegró mucho a Aziza, la joven marroquí de 18 años que le recibió a su llegada y que había propuesto la recepción, conforme a la costumbre de sus país; quien en seguida se apresuró a preparar y envolver un paquetito de dátiles, que obsequió en mano al investigador. Ella estaba en ramadán y yo bromeaba si no podían celebrarlo en invierno, y no en medio de esta ola de calor, donde la tradición religiosa no les permite comer ni beber hasta pasadas las 21 horas.

En los pasillos grupos los autores de cada panel se daban cita junto a sus respectivos trabajos, para explicárselos a su ilustre mentor. Uno de ellos le fue presentado en inglés por tres jóvenes alumnos, con quien el descubridor de la primera vacuna química de la historia debatió en la lengua anglo sajona.

Montones de anécdotas. El investigador recibiendo obsequios de los diferentes grupos realizados por los muchachos. Dibujos suyos entre micos (con los que bromeaba que habían sacado más guapo al mono que a él), incluso un caballero andante con su rostro montado sobre Rocinante y blandiendo una sensacional jeringuilla con la vacuna de la malaria. También un grupo de estudiantes le escribieron e interpretaron un rap. Besos, abrazos, fotos con todos ellos, uno por uno, preguntándoles por sus países de origen. Grata sorpresa del investigador por la multiculturalidad de los estudiantes que se forman, en su instituto y en su ciudad (Parla).

Tras la primera parte, Patarroyo pasó al Salón de Actos, donde entregó sus respectivos diplomas a los alumnos ganadores de un concurso de relatos, donde animó a todos a no renunciar a sus sueños y no dejar de leer cualquier cosa que despierte su atención e interés, hasta descubrir cada uno su propio camino. En este acto conoció a una ex alumna del IES que ha obtenido plaza en el Instituto Carlos III de Madrid para investigar y estudiar sobre la malaria.

[Sumario]

Pasado este evento siguió visitando las aulas de los siguientes pisos. La última fue biología, donde los alumnos le recibieron con sus batas blancas y microscopios. Hablaron de electroforesis y (lo había hecho antes con los demás) les pidió disciplina, media hora más de estudio, y no abandonar nunca sus sueños.

Mientras, llegaban al centro el médico y Alcalde Parla Luis Martínez Hervás y el maestro y Director del Área Territorial Madrid Sur de la CAM, quienes eran acompañados por parte del equipo directivo del centro, esperando a que el investigador concluyese sus 15 ó 20 minutos con el grupo de biología, a quienes prometió -como al resto de las aulas y talleres ocupacionales- ayudar para dotarles de más cantidad y mejores microscopios, y equipamiento para esas instalaciones.

En todo momento, se mostró muy satisfecho por el desarrollo de su nueva vacuna contra la malaria Colfavax, cuyos resultados andan muy próximos al 100% de eficacia. Un producto que espera probar pronto en África, y a cuyas pruebas invitará a un grupo de estudiantes del IES Manuel Elkin Patarroyo para que le ayuden en los ensayos y puedan sentir la alegría inexplicable de ayudar a los demás.

También pudimos ver como el centro pretende crear un grupo coral, y una convocatoria para renovar su logotipo. En el acto final (político) estuvieron varios directores de otros institutos de Parla , inspectores de educación y concejales de la corporación municipal de Parla.

El insigne investigador, quien durante los dos últimos años ha recibido en la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIDIC) que dirige, numerosas visitas de Premios Nobel y cuyo nombre ha sonado últimamente entre tan prestigiosa candidatura; saludó a todo el servicio de mantenimiento del centro, e invitó a las limpiadoras a fotografiarse con él. Una de ellas comentó que estaba muy nerviosa, y Patarroyo le preguntó con su singular sentido del humor ¿porqué si aún no te he hecho ninguna propuesta?.

Una visita anual y ayuda para mejorar sus instalaciones y dotaciones

Entre bromas, abrazos, dibujos, y la alegría de los estudiantes quienes le calificaron de héroe, luchador, benefactor y le mostraron su confianza en que gracias a su trabajo -más pronto que tarde- la malaria se extinguirá del planeta; se comprometieron a pelear junto a sus profesores y profesoras para en un par de años conseguir el reto de convertirse en los mejores de Madrid. A cambió Patarroyo les visitará anualmente, y les ayudará a mejorar sus instalaciones y dotación docente.

Durante sus charlas y discursos Patarroyo agradeció y saludo efusivamente a los profesores Ángel Varas y Juan Carlos Lerones, auténticos culpables del cambio de nomenclatura a un centro docente que fue hasta 2005 “Parla II”, y a partir de este años comenzó a denominarse Manuel Elkin Patarroyo. Una institución educativa, que el científico ha visitado en más de siete ocasiones , comprometiéndose a venir una vez al año para verificar in situ las evolución y mejoras del centro educativo, profesores y equipo directivo; y los avances educativos e intelectuales de sus alumnos, generando vocaciones entre estos chicos y chicas, algunos de los cuales espera en el futuro llevar a trabajar y aprender a su centro colombiano, para que se conviertan en científicos de excelencia.

Fue una jornada emotiva y festiva, en la que los protagonistas fueron muy especialmente los niños y niñas del Instituto de Enseñanza Secundaria Manuel Elkin Patarroyo de Parla, junto a sus profesores. Tras comentar al Director la ilusión, interés y ganas de aprender percibida por el Premio Príncipe de Asturias entre “sus estudiantes”, se despidió con satisfacción de éste y agradeció el esfuerzo desarrollado por el stage completo del centro para tan satisfactorio evento . Eran las 16,00 horas, cuando tras despedirse en la entrada del director y las pocas personas que quedaban, abandonó el centro siendo acompañado en su trayecto por el profesor Juan Carlos Lerones y el ex rector de la Universidad de Navarra Antonio Pérez Prados.

Patarroyo expreso su profunda satisfacción y alegría por contar con este centro en Parla, y a través suyo poder ayudar a crear vocaciones intelectuales y científicas, y futuras becas para jóvenes desfavorecidos y con pocos recursos, pero con grandes sueños y esperanzas de futuro.

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