El candidato del Partido Socialista, Pedro Sánchez, acaba de ser elegido Presidente del Gobierno tras obtener 167 síes, 165 noes y 18 abstenciones en segunda votación y por mayoría simple, que va a permitir poner en marcha el primer ejecutivo de coalición progresista en la historia de nuestro país.
Tras no obtener la mayoría absoluta requerida en la primera votación, el candidato del PSOE, ya presidente del gobierno, ha logrado sin problemas los apoyos que ya estaban previstos para hacerse con la Presidencia del Gobierno.
PRIMER GOBIERNO DE COALICIÓN PROGRESISTA
Este primer gobierno de coalición progresista en la historia de España, además de la estructura común de apoyo del propio PSOE y Unidas Podemos, ha contado en la sesión de investidura con los apoyos a través de su abstención de Esquerra Republicana de Cataluña y de Bildu; añadidos a los apoyos de Compromís-Más País, de Teruel Existe, del BNG, de Nueva Canaria, y del Partido Nacionalista Vasco.
EN EL BLOQUE DEL NO, UNAS DERECHAS RADICALIZADAS
En contra de la investidura de Pedro Sánchez han votado las tres derechas: PP, Ciudadanos y la extrema derecha de Vox, que desde la primera sesión de investidura han generado un clima de crispación impropio de fuerzas que dicen ser democráticas.
Además en el bloque contrario a la investidura de Pedro Sánchez, se han situado Juntos por Cataluña, la CUP, Navarra Suma, Coalición Canaria y el Partido Regionalista Cántabro, que finalmente en una decisión incomprensible cambió su voto del afirmativo al negativo.
PEDRO SÁNCHEZ, PRESIDENTE DEL GOBIERNO
Tras una repetición electoral, Pedro Sánchez se convierte en presidente del primer gobierno de coalición progresista, cuyos objetivos según marcan las líneas fundamentales de su programa pactado con Unidas Podemos, estará centrado en recuperar derechos sociales y laborales perdidos por las clases trabajadoras, tras una década de recortes sistemáticos al estado de bienestar, por parte del gobierno de la derecha del PP.