Iñaki Bernal y Vanessa Angustia, representantes de Podemos en el Senado, han pedido la prohibición de la venta de productos Coca-Cola en la Cámara Alta. El motivo al que aluden es la solidaridad con los trabajadores de la planta de Fuenlabrada. En el comunicado que envió el partido de Iglesias, se pide que: “se retire en la institución del Senado todos los productos que comercializa Coca Cola, se prive de su publicidad y no se le permita utilizar eventos de autorización institucional mientras siga sin cumplir con las sentencias y hasta que los trabajadores tengan un futuro real en Fuenlabrada”.
Pero esta no es la primera vez que Podemos muestra sus desencuentros con Coca-Cola. El pasado 2 de diciembre, Pablo Iglesias acudió a una manifestación en defensa de los trabajadores de la planta. Fue allí cuando el líder de la formación morada hizo un llamamiento de boicot a Coca-Cola. “Hay que seguir sin beber Coca-Cola, porque Coca-Cola está atacando los derechos de los trabajadores”.
El conflicto entre Coca-Cola y los trabajadores de la planta de Fuenlabrada dura ya varios años. En 2015 la Sala de los Social declaró nulo el ERE y obligó a la empresa a readmitir a los trabajadores. La empresa lo aceptó, pero quiso convertir la planta en un centro logístico, en lugar de en una fábrica. El conflicto volvió a reabrirse para que Coca-Cola siguiera manteniendo una fábrica en lugar de crear un centro logístico. Finalmente, el Tribunal Supremo dio la razón a la empresa americana para poder reconvertir la planta.
La confrontación entre la empresa y Pablo Iglesias también ha tenido lugar en Twitter. Allí, Marcos de Quinto, director de Marketing de Coca-Cola en España, bromeó con el líder madrileño y le dijo que si seguía haciendo boicot a Coca-Cola daría su apoyo a Iñigo Errejón. Una broma que no le pareció de buen gusto ni a Iglesias ni a Monedero.