Hacía tiempo que los españoles no salían a las calles para protestar contra su propio Gobierno. Pedro Sánchez verá hoy cómo simpatizantes del PP, Ciudadanos y partidos de extrema-derecha como Vox, España 2000 o la Falange Española se dan cita en la Plaza de Colón de Madrid para protestar contra sus políticas y exigir un adelanto electoral en un ambiente de alta tensión ante las últimas cesiones de La Moncloa al Govern y con el apoyo del independentismo catalán a los Presupuestos Generales del Estado 2019 (PGE) en el aire.
A pesar de que el PP y Ciudadanos se han distanciado del resto de partidos políticos que han secundado la concentración, el objetivo es el mismo: protestar por la gestión del Gobierno en Cataluña, por unas líneas presupuestarias que consideran negativas para España y por la resiliencia del propio presidente que, a pesar de que le "han crecido los enanos" -ante las presuntas irregularidades cometidas por sus propios ministros, las dudas en torno a su tesis y sus criticados viajes al extranjero-, se muestra seguro y fuerte para agotar la legislatura. No obstante, los dos partidos del centro-derecha quieren desmarcarse de los posibles actos o símbolos inconstitucionales que puedan portar los partidos extremistas.
Por una España unida, elecciones ya será el lema que los manifestantes reivindicarán a mediodía en la céntrica plaza de la capital. Una palabra, "elecciones", que tanto Casado como Rivera no dejar de repetir en su empeño por forzar un adelanto de los comicios. Se espera que tanto ellos como el presidente de Vox, Santiago Abascal, hagan declaraciones públicas.
Sánchez, como viene siendo habitual, se ha mostrado tranquilo en las últimas horas y desafiante. Ayer acusó al PP y Ciudadanos de "radicalizarse" de la mano de Vox y fuentes cercanas al presidente apuntan que la de hoy será una manifestación en contra de un presidente legítimo cuya labor por España es la correcta y necesaria en función de las circunstancias que vive el país.