Tarragona fue ayer el centro de las miradas. El rey Felipe VI y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, coincidieron en el palco de autoridades en la inauguración de los Juegos del Meditarráneo. Torra, que no recibió al monarca a su llegada, había participado unas horas antes en un acto promovido por la ANC para protestar por la presencia del Rey en la ciudad. Entre ellos se encontraba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Al inicio del acto inaugural ha sonado el himno de Cataluña y el de España. Para sorpresa de los asistentes, Quim Torra y los miembros del Govern que se encontraban en la celebración han aplaudido al final del mismo.
Antes de que se escucharan el himno de Cataluña y el de España, el presidente catalán entregó a Felipe VI "unos informes" sobre la violencia y la represión policial realizado por el Sindicato de Greuges. En ellos se refleja lo que se vivió en Cataluña el pasado 1-O, cuando se celebró el referéndum ilegal sobre la independencia del territorio catalán.
A la salida al palco del estadio del Gimnàstic de Tarragona, el nombre del monarca y el himno recibió menos pitos de los que se esperaban. Quim Torra si que tuvo que enfrentarse al desprecio de parte de los asistentes tras escuchar su nombre. Se desplegaron varias decenas de banderas de España, minimizando el color de muy pocas estiladas.
