Kayla Woodward ha decidido contar su experiencia en el CDB Clarinos de La Laguna. La jugadora de baloncesto jugó con el equipo entrenado por Claudio García en la temporada 2015/16, en el que el combinado morado compitió en la Liga Femenina 2.
Lo ha hecho dando la cara, a través de un vídeo publicado en YouTube, cuyo enlace mandó en exclusiva a Columna Cero. Además, aprovecha la ocasión para salir en defensa de su compañera de profesión Sara Djassi, con la cual coincidió durante su etapa en Tenerife.
A continuación, publicamos el vídeo y lo traducimos al español:
«¡Hola a todos, mi nombre es Kayla Woodward! Quiero hacer un vídeo para apoyar a Sara Djassi. Voy a hablar de mi experiencia, que no fue la mejor. Me gradué en la Universidad de Wyoming, tenía planes de jugar en la isla de Tenerife (islas Canarias) y estaba súper emocionada. Tenía las expectativas muy altas. No entendía el español, por lo que tenía la dificultad del idioma.
Hice una lista con las cosas con las que yo y Sara no estamos contentas. Nada más empezar, voy a un país nuevo para mí, lejos de mi familia, a la que estoy unida. Todo era complicado. En el CDB Clarinos de La Laguna me prometieron que iba a tener wifi nada más llegar, para poder contactar con mis familiares. Entonces estaba contenta porque me lo prometieron, pero pronto me di cuenta de que había muchas cosas que prometieron hacer, pero, que realmente, nunca hacían.
Estuve dos meses sin wifi. Tenía que ir a una cafetería para llamar a mi madre mientras comía. Era la única forma de comunicarme que tenía con mi familia. Todos los días preguntaba al club cómo iba este tema, pero cada vez que lo hacía me decían “mañana, mañana”. Seguí confiando en que lo solucionarían durante dos meses. Estuve en el Ciudad de los Adelantados cuatro meses, de finales de agosto a diciembre. La mitad del tiempo que estuve ahí no pude comunicarme con mi familia.
Otra cosa que fue muy complicada, tanto para mí como para Sara, es que vivíamos separadas. Íbamos caminando juntas a entrenar por la mañana. Volvíamos a casa y nos pegábamos una siesta todo el día, porque las sesiones de entrenamiento eran horribles.
Sé que se dijeron cosas sobre mí, pude entender la mayoría de palabrotas en español. Por ejemplo, una vez el entrenador Claudio García señaló a sus partes íntimas y dijo “¡cojones!”. Entonces pensé que no debería estar diciendo eso, o llamándonos “putas”. Eso es inaceptable. No solo eso: cuando alguien intentaba enfrentarse a él o decirle algo (como, por ejemplo, con Sara) la echaba y gritaba. Aunque no sabía español, podía deducir por los gestos y demás lo que estaba diciendo. No se estaba portando bien con Sara.
Después, a las 21:00 horas todos los días debíamos ir a entrenar también. Salíamos casi a medianoche y teníamos que caminar solas hasta nuestros pisos. El barrio no era el mejor. No me sentía segura caminando sola por esa zona. Ese es otro aspecto a considerar…Es duro cuando tienes las expectativas tan altas y esperas tener el mismo tipo de experiencia que en la universidad.
Al final, decidí marcharme. Pensé que sería bueno que hablase con los entrenadores, con la organización, etc. en noviembre para darles un margen y me iría por Navidad. Los últimos dos meses no me pagaron. No estuve bien y rompieron el contrato. Todos los meses me pagaban tarde. “Mañana, mañana”. Finalmente, me marché. Supe que no era el sitio en el que quería estar. Veía como mis compañeras, como Sara, eran tratadas mal y no quería eso para mí. Así que en noviembre dije que me iba y después de eso me senté en el banquillo porque sabía que no iba a salir. Entendí que, como me iba a ir, no me iban a sacar más.
Lo mejor que hice fue irme. Esa experiencia me hizo no disfrutar del baloncesto. Después de mi último partido, tiré los tenis a la basura. Ahora he querido dejar eso de lado y seguir con mi vida. Hay veces en las que sí puedes encontrar un lugar donde encajes. Pero de entre todo lo negativo, hubo algo positivo: gané a mi amiga Sara para toda la vida. Las experiencias horribles como esas te enseñan a cómo lidiar con la gente y a reaccionar ante diferentes situaciones. Sé que Sara lo pasó muy mal. Yo no hubiera podido aguantar tanto. Hubo muchos aspectos negativos, y soy consciente de que Sara tiene incluso más, porque sé que le decía cosas horribles y sexuales que no tenía que decir. Él ni siquiera nos conocía, no tenía relación con nosotras. Era muy poco profesional. Me solidarizo con Sara.
Ella ahora está arriesgándose ayudando a jugadores jóvenes a que decidan dónde quieren jugar. Trabaja con organizaciones para ver dónde los mandan. La quiero a morir. Después de todas esas cosas negativas, una positiva que lo compensa todo es haber conocido a una de mis mejores amigas para siempre. Tenemos una conexión, a veces ni siquiera hablamos por un tiempo y luego la llamo y podemos hablar durante horas. Siempre hay algo positivo, en cada situación negativa. Seguro que hay otros clubes donde sucede lo mismo. Por eso, es importante que se hable para conseguir que las cosas cambien.
Gracias por tu tiempo. Espero que esto marque la diferencia. Sara es muy valiente por estar haciendo estas cosas tan increíbles y estoy orgullosa.
¡Gracias por escuchar!
Kayla Woodward».
Tras formarse en el Sheridan High School de Wyoming, la alero norteamericana dio el salto a la Universidad de Wyoming, donde compitió durante cuatro campañas. En su último año en el equipo, disputó un total de 30 partidos siendo titular con las Cowgirls. Registró un promedio de 14.9 puntos y 7.6 rebotes. Además, tuvo una efectividad del 42% en tiros de dos, 39% en triples y 76% en tiros libres.
Su trabajo y buenas cualidades le permitieron competir en España. En la temporada 2015/16 Woodward se unió a la disciplina del Ciudad de los Adelantados en la Liga Femenina 2. Con el equipo entrenado por Claudio García disputó un total de 12 partidos pertenecientes a la liga regular, con una media sobre el terreno de juego de 30:43 minutos según estadísticas oficiales, facilitadas por la Federación Española de Baloncesto. Firmó un promedio de 11.9 puntos, 5.8 rebotes y 1.7 asistencias para obtener un crédito de valoración de 13.1 puntos.
El 03 de enero de 2016 el CDB Clarinos La Laguna anunció, mediante un comunicado, que había llegado a un acuerdo para la desvinculación de Kayla Woodward. En este sentido, desde la entidad agradecieron el “trabajo, compromiso y honestidad desempeñado por la jugadora”; al mismo tiempo que le desearon “los mayores éxitos personales y deportivos en su carrera”.
Cabe destacar que la jugadora Laura Chahrour (que jugará el próximo curso en el HGB Ausarta Barakaldo) admitió en una entrevista concedida a este medio que el peor momento de su carrera profesional fue en el Clarinos, porque no tuvo entendimiento con el técnico Claudio García. A raíz de esto, Sara Djassi decidió mandar una carta a Columna Cero para contar su experiencia personal en el equipo canario.