El rey Juan Carlos I ha sufrido en la tarde de este sábado una caída mientras presenciaba un partido de balonmano que jugaba su nieto Pablo Urdangarin en Pontevedra. Mientras se incorporaba de la grada cuando el encuentro estaba a punto de terminar, el Emérito ha perdido el equilibrio y ha resbalado sobre el asiento, cayendo de nuevo sentado sobre la primera fila del pabellón. Allí ha permanecido hasta que se ha marchado, apoyado en las barras que separan los asientos del público del campo de juego. El incidente ha ocurrido cerca del final del partido que disputaban el FC Barcelona B -a cuya plantilla pertenece el hijo de la infanta Cristina– y el Club Cisne pontevedrés, que se jugaba el ascenso a la máxima categoría, según informa el digital EL ESPAÑOL.
De acuerdo con lo que el periodista Luis Casal cuenta en el citado medio, el anterior Jefe del Estado se ha trasladado a la ciudad gallega solo con sus escoltas y dos amigos, sin avisar a nadie más, aprovechando que el también hijo de Iñaki Urdangarin jugaba un partido de la Liga Asobal a tan solo 20 kilómetros de Sanxenxo, el municipio costero en el que el padre de Felipe VI ha establecido su cuartel general el fin de semana que ha regresado a España tras 22 meses 'exiliado' en los Emiratos Árabes Unidos. Decidió ir después de que se cancelara la regata en la que pensaba participar a bordo del 'Bribón'.
Tal y como asegura EL ESPAÑOL, el abuelo de la Princesa de Asturias entró en el pabellón de manera muy discreta, con el partido ya empezado. A su llegada no hubo ni aplausos, ni vítores -ni tampoco abucheos-. Más bien, su presencia ha pasado desapercibida hasta que se ha producido el inoportuno resbalón. Y eso que el antiguo monarca ha dispuesto de su propio perímetro en la grada, sin gente alrededor, y ha necesitado la ayuda de su bastón y de su equipo de seguridad para sentarse en un asiento de la segunda fila. Le acompañaban su anfitrión, Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, y su íntimo amigo Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria, que ha viajado expresamente desde Madrid para reecontrarse con él.
Al parecer, la caída no reviste gravedad, y hasta el propio rey Juan Carlos se ha tomado el percance con buen humor. Pablo Urdangarin se ha acercado a saludar a su abuelo materno durante unos instantes, llegando a besar la mano del Emérito. El segundo hijo de los ex duques de Palma jugó precisamente en el Club Cisne Balonmano antes de dar el salto al filial del Barça. Esta es la segunda vez en poco tiempo que abuelo y nieto se ven, ya que Pablo formó parte de la comitiva familiar que en abril viajó a Abu Dabi para visitar al que fuera Rey de España.
Desde que Juan Carlos I aterrizara el viernes en Sanxenxo, su primer destino en nuestro país desde que hace casi dos años se marchara para no perjudicar a la Monarquía con sus escándalos, decenas de curiosos se han acercado a la zona del puerto para verlo. También ha habido protestas. El BNG y su organización juvenil, Galiza Nova, se han manifestado contra la presencia del ex Jefe del Estado en la localidad. Néstor Rego, diputado de la formación nacionalista en el Congreso, ha explicado que se trataba de un acto simbólico "para hacer ver que el Borbón fugado no es bienvenido en Galicia".
Por la mañana, al salir de la casa de Campos, don Juan Carlos ha asegurado que se encuentra "muy bien" y ha agradecido la atención de los medios de comunicación. "Muchas gracias por lo que hacéis", ha dicho. A lo que no ha contestado ha sido a si dará explicaciones sobre sus finanzas. El lunes, acudirá al Palacio de la Zarzuela, donde se encontrará con doña Sofía, don Felipe y otros miembros de la Familia Real. Se trata de un acto privado y, por lo tanto, no figura en la agenda oficial de la Casa del Rey.