Desde las diez de la mañana de este domingo, Marbella despide a uno de sus vecinos más ilustres. La capilla ardiente del legendario tenista Manolo Santana, fallecido el sábado a los 83 años, se encuentra instalada en el Hospital Real de la Misericordia de la localidad malagueña, donde las muestras de cariño, respeto y admiración no dejan de sucederse. El féretro del deportista se ha cubierto con la bandera de España y está rodeado de flores. Vestida de riguroso luto y en pie, su viuda, Claudia Rodríguez, ha recibido el pésame de amigos y autoridades, entre ellos el director del Mutua Madrid Open, Feliciano López; el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta; o la alcaldesa marbellí, María Ángeles Muñoz.
“Perdemos a un deportista que nos hizo soñar en unos años en los que el deporte español no era la potencia que hoy es. Llevó el nombre de España a todo el mundo. Su ejemplo nos ha marcado para mucho tiempo”, ha dicho Iceta, que ha firmado además en el libro de condolencias que se ha habilitado.
.@miqueliceta y la alcaldesa de Marbella acuden a la capilla ardiente de Manolo Santana https://t.co/W4rR2zZ4i5 pic.twitter.com/vOLaKmCzLR
— Europa Press TV (@europapress_tv) December 12, 2021
A Santana también se le dirá un último adiós en Madrid. Una segunda capilla ardiente quedará abierta a los ciudadanos este lunes entre las 12:00 y las 20:00 horas en la Caja Mágica, cuya pista central lleva su nombre. Fue en la presentación del Open, que se celebra en este recinto, cuando se pudo ver por úlitima vez en público al ganador de cuatro títulos de Grand Slam. Corría el mes de septiembre y Manolo estaba ya visiblemente deteriorado, con el cuerpo muy encorvado y precisando ayuda para caminar.
La muerte de Manolo Santana supone un duro golpe para la historia deportiva de nuestro país, pero también un tremendo varapalo para Alba Santana, la única hija nacida de su matrimonio con la periodista Mila Ximénez, que ha perdido a su padre y a su madre en tan solo seis meses. La que fuera colaboradora de ‘Sálvame‘, fallecida en junio a causa de un cáncer de pulmón, fue la segunda mujer del ex tenista, viviendo ambos la época dorada de la ‘jet set’ de Marbella y fijando allí su residencia.
La separación del matrimonio fue tormentosa y seguida con interés por la prensa del colorín. Tras divorciarse, la relación de Mila y Manolo fue prácticamente inexistente, pero supieron poner a Alba por encima de sus discrepancias. Así, los dos acudieron a su boda con el economista de origen judío Aviv Miron. Fue el 16 de junio de 2006 en Marbella y con Santana ejerciendo de padrino.
“Son dos mundos opuestos y se separaron cuando yo era muy pequeñita. Pero soy consciente de que los dos me han querido muchísimo. De todas formas, aunque maduré muy jovencita, he sido una niña muy feliz”, dijo en una entrevista en ¡Hola! sobre sus progenitores Alba Santana, que hasta los diez años vivió con su padre y la tercera mujer de éste, Otti Glanzielus. Luego, se mudó a casa de su madre, pero los problemas económicos obligaron a Ximénez a renunciar a su hija un tiempo más. Después, Mila y Alba fueron uña y carne.
Ahora la gran incógnita es saber si Alba asistirá o no al funeral de su padre. Tal y como han comentado varios colaboradores de ‘Viva la vida’, como Terelu Campos o Diego Arrabal, la relación con Manolo Santana no era fluida desde hace varios años. Y según se ha comentado, la leyenda del tenis ni siquiera llamó a su hija para darle el pésame por la muerte de Mila. Así, se desconoce si la joven, que vive en Holanda con su marido y sus dos hijos, Alexander y Victoria, de 14 y 8 años, viajará hasta Marbella para enterrar a su progenitor.
