Ficha técnica
Gorrión rojo. Thriller, EEUU, 2018, 140 min.
Dirección: Francis Lawrence.
Guión: Justin Haythe.
Fotografía: Jo Willems.
Intérpretes: Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Jeremy Irons, Charlotte Rampling, Mary-Louise Parker, Matthias Schoenaerts, Joely Richardson, Ciarán Hinds y Douglas Hodge.
A diferencia de lo que he podido leer por ahí, doy gracias a la última película de Francis Lawrence por mantenerme totalmente evadida durante dos horas y veinte minutos, pegada como un chicle a la butaca. Acostumbrada al tono cálido de sus filmes –Agua para elefantes, Los juegos del hambre, Soy leyenda- y sin haber visto ningún tráiler sobre Gorrión rojo, la sorpresa fue más que grata. Planos perfectamente estructurados, dinámicos, fotografía de la mano del excelente Jo Willems –colaborador de Lawrence en la trilogía de Los juegos del hambre- y una mezcla bestial de carga sexual, intriga que supera los límites de lo inesperado e interpretaciones colosales hacen de esta obra cinematográfica adaptada (novela por Jason Matthews) un auténtico referente.
Jennifer Lawrence interpreta a Dominika Egorova, una bailarina rusa que se lesiona en pleno espectáculo y debido a cierta persona siniestra se ve forzada a ofrecer todo y ofrecerse toda ella a servir al Estado, con el complemento de una violencia física y psicológica tan salvajes que hacen de Jennifer y Dominika unas chicas luchadoras, valientes y empoderadas. No cabe duda el talento de la actriz, y es que cada vez nos muestra más su capacidad artística, esta vez mediante el baile, por lo que practicó tres horas diarias durante cuatro meses para tan solo una escena. Ya en esa escena, el principio de la película, la vemos libre, sabiendo perfectamente lo que hace, luciendo un precioso vestido rojo. Así, podríamos intuir lo que luego sería: un gorrión rojo que termina dándose cuenta que es bastante buena en lo que hace, aunque al principio lo odiase.
El filme, circular, nos regala un erotismo sucio con escenas algo duras. Alejada de los tópicos imperantes del espía, nos muestra el lado más humano, la doble vida de este. Las cientos de veces que se puede ver uno al borde del abismo y sin saber de qué lado ya estás. Por esa tortura imparable.
Diría que lo mágico de esta película es su capacidad para provocar desconcierto. Puedes imaginar qué hará la protagonista en tal situación, pero la mayoría de las veces no acertarás, te verás envuelto en un ambiente intenso, irrespirable y embarrado que jugará con tu mente de la forma menos divertida. Y como la película, termino igual que empecé: dejando claro que no es nada aburrida.
