El Rey presidió este jueves en la Biblioteca Nacional de España la inauguración de la exposición 'Azaña: intelectual y estadista. A los 80 años de su fallecimiento en el exilio', que pretende proporcionar una imagen completa de Manuel Azaña en su triple dimensión: humana, intelectual y política. Subraya, además de su labor como ministro, jefe del Gobierno y presidente de la República, su condición de intelectual de prestigio, así como las duras condiciones de su exilio, que concluyó con su muerte en la ciudad francesa de Montauban en 1940, donde su recuerdo sigue presente 80 años después.
La muestra sigue una secuencia cronológica de la vida de Azaña que permite entender su trayectoria en diferentes periodos, como su infancia y juventud en Alcalá o su posterior desarrollo en Madrid. La exposición se adentra en tres etapas cruciales de la historia de España: la Segunda República, la Guerra Civil y el Exilio. En la muestra se exhiben unas 200 obras procedentes tanto de la Biblioteca Nacional como de otras instituciones españolas y extranjeras. Para conmemorar el 80º aniversario de su muerte se han rescatado fotografías y vídeos muy poco conocidos, que permiten acercarse a Azaña y a la memoria de su tiempo.
El Rey preside la inauguración de la exposición “Azaña: intelectual y estadista. A los 80 años de su fallecimiento en el exilio”. https://t.co/T5WJmOQ909 pic.twitter.com/gsBaMYyPCq
— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) December 17, 2020
Manuel Azaña es una de las figuras más relevantes de la historia contemporánea de España, tan admirada como vilipendiada, según la Biblioteca Nacional. Fue uno de los defensores de la causa aliada durante la Gran Guerra. Tuvo un papel destacado en el Ateneo de Madrid, del que fue secretario y presidente. Colaboró en diferentes periódicos, dirigió la revista España y fundó La Pluma. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1926 por un trabajo sobre Juan Valera y fue un notable traductor de inglés y francés.
En su dimensión política, Azaña fue uno de los principales promotores de la llegada de la República en abril de 1931. Los grandes debates del periodo cuentan con su destacada, y a veces controvertida, intervención: el Estatuto de Cataluña, la Reforma Agraria, la cuestión religiosa o el voto de la mujer. No en vano, se identificó a la República con Azaña y a Azaña con la República y se le culpó del desenlace de la Guerra Civil, cuando no de su mismo comienzo.
Durante la inauguración, Felipe VI estuvo acompañado por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Memoria Democrática, Carmen Calvo; la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet; el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes; la presidenta del Real Patronato de la Biblioteca Nacional de España, Soledad Puértolas; el presidente de Acción Cultural de España, José Andrés Torres Mora; la directora de la Biblioteca, Ana Santos; y la sobrina nieta de Manuel Azaña, María José Navarro.