Os ofrecemos otra entrega de nuestro repaso por las grandes reuniones de la historia del rock, en esta ocasión con una de las bandas que dio forma al heavy metal hace más de 45 años.
Black Sabbath (1985, 1992, 1997-2006, 2011-2017)
La marcha de Ozzy Osbourne de Black Sabbath en 1979 puso fin a una de las historias más emocionantes y extravagantes del rock en los años ´70. El nacimiento de Black Sabbath en 1968 fue decisivo para crear un nuevo estilo de rock duro, oscuro, pesado, potente: se llamó heavy metal. Y aunque siempre se suele señalar a Led Zeppelin y Deep Purple como los otros dos nombres fundamentales en el nacimiento de este estilo musical, para ser justos, hay que reconocerles a Tony Iommi, Geezer Butler, Bill Ward y Ozzy Osbourne el mayor mérito en su creación. Los tétricos y densos riffs escritos por Iommi y la potente base rítmica creada por Butler y Ward iban unos cuantos pasos adelante con respecto a Deep Purple y Led Zeppelin, más enmarcados en el sonido hard rock.
Desde su primer disco, de 1970, Black Sabbath ejercieron una influencia brutal en miles de bandas, y aún lo siguen haciendo. No hay fallo al afirmar que sin Sabbath no existirían Judas Priest, Iron Maiden, Slayer, Metallica, Venom, Pantera, Morbid Angel, Dimmu Borgir, Cathedral, Monster Magnet, Candlemass y un infinito etcétera. Y es que este mítico grupo no sólo influenció con su sonido, sino también con la temática de sus canciones, siendo la primera banda de rock masiva que hablaba de Satán, brujería y ocultismo en sus letras, rompiendo absolutamente con las letras e ideas hippies y plantando el germen para que años después nacieran estilos como el death metal, black metal o el doom metal, los cuales avanzarían aún más, tanto en la fijación por los temas oscuros, como en la potencia de su sonido.
Como decíamos, la salida de Ozzy Osbourne en 1979 supuso por tanto un varapalo para todos los fans del heavy metal, y si bien, a Ozzy no le fue mal en absoluto, consiguiendo nuevamente el éxito con su carrera en solitario y convirtiéndose en una de las figuras principales del heavy metal de los ´80 y principios de los ´90, Black Sabbath tuvieron una andadura mucho más irregular.
Salvando la primera etapa con Ronnie James Dio como cantante, en la que gozaron de un éxito similar al que tuvieron con Osbourne y editaron dos discos angulares en la historia del heavy metal, a partir de 1983 la banda fue perdiendo toda su fuerza y su atractivo, pasando por una sucesión interminable de cambios de formación y discos en muchos casos mediocres, que no hicieron sino manchar su hasta entonces brillante discografía. Vocalistas como Ian Gillan (Deep Purple), Glenn Hughes (Deep Purple, Trapeze) o Tony Martin pasaron por Black Sabbath, unos con más fortuna que otros, al igual que reputados músicos como Eric Singer (Kiss, Alice Cooper, Badlands), Cozy Powell (Rainbow, Whitesnake), Vinny Appice (DIO) o Neil Murray (Whitesnake, MSG).
Con este panorama, no fueron pocas las voces que durante años clamaron por una reunión de la formación original de Black Sabbath, algo que tardaría en suceder casi 20 años. Si bien, se produjeron dos breves acercamientos durante ese largo periplo. Uno el 13 de julio de 1985, con motivo de la celebración del festival benéfico Live Aid, donde Osbourne, Iommi, Butler y Ward compartieron escenario por primera vez en 7 años para interpretar un corto set de tres canciones. La segunda ocurrió los días 14 y 15 de noviembre de 1992 en Costa Mesa, California. Ozzy Osbourne estaba inmerso en su por entonces supuesta gira de despedida, “No More Tours”, e invitó a sus antiguos compañeros para que abrieran los dos últimos conciertos del tour y subieran al escenario con él para interpretar unos cuantos clásicos de Black Sabbath. Como curiosisdad, señalar que la decisión de Iommi y Butler de aceptar abrir los conciertos de Ozzy propició la salida de Dio del grupo (por segunda vez), quien había vuelto a los Sabbath a finales de 1990. Así pues, Tony Iommi invitó a Rob Halford, vocalista de Judas Priest, para que, de manera excepcional, cantara con ellos en esos dos conciertos teloneando a Ozzy, algo que Halford vivió como un sueño hecho realidad.
Como decíamos, exceptuando estas dos breves reuniones, los cuatro integrantes de Black Sabbath no unieron de nuevo sus fuerzas en serio hasta 1997. Concretamente, en el verano de ese año se hizo oficial la reunión de la formación original. En primer lugar, participaron en el Ozzfest de 1997, el festival anual organizado por Ozzy Osbourne y su mujer, Sharon. Sin embargo, en esas actuaciones no estuvo presente Bill Ward, quien tenía compromisos con su banda en solitario, siendo sustituido por el batería de Ozzy por entonces, Mike Bordin. Aún sin Ward, la expectación fue enorme, y varios estadios de Norteamérica se llenaron para ver en directo a Ozzy Osbourne, Tony Iommi y Geezer Butler juntos de nuevo como Black Sabbath, además de a las nuevas sensaciones del rock y el metal de aquella época, como por ejemplo Marilyn Manson.
La reunión propiamente dicha tuvo lugar los días 4 y 5 de diciembre de 1997, cuando, esta vez sí, con Bill Ward en la batería, Black Sabbath tocaron en el NEC de Birmingham, su ciudad natal. Los conciertos fueron grabados, y salieron a la luz en octubre de 1998 como un disco en directo titulado “Reunion”, fantástico álbum que además incluía dos nuevos temas de estudio, “Psycho Man” y “Selling My Soul”, los primeros grabados por la formación original en 20 años. La versión en vivo de “Iron Man” incluida en este disco, les llevó también a ganar su primer premio Grammy en la categoría de “Mejor Interpretación de Metal”.
En el verano de 1998 tuvo lugar una gira europea, esta vez con Vinny Appice como batería, ya que Ward sufrió un infarto. Por suerte, el veterano batería se recuperó completamente en unos meses, y en enero de 1999 volvió con la banda para afrontar la gira norteamericana y liderar de nuevo la edición del Ozzfest de ese año.
La reunión del grupo estaba probando ser un absoluto éxito, y nuevas generaciones de fans podían ver en directo a la legendaria banda de la que tanto habían leído y oído hablar. Sin embargo, y para que el círculo se completase, se esperaba que el grupo editara un nuevo disco de estudio; había muchas ganas de escuchar una nueva colección de canciones compuestas por la formación original. Los Sabbath debieron pensar lo mismo, y en la primavera de 2001 se juntaron en un estudio de grabación con el productor Rick Rubin para componer y grabar el primer álbum de estudio de la formación original en 23 años. Desgraciadamente, esas sesiones de grabación no tuvieron un final feliz, y las canciones compuestas nunca llegaron a ver la luz. Ozzy tuvo que abandonar la composición y grabación del disco debido a los compromisos que tenía con su banda en solitario y que le obligaban a editar un nuevo trabajo para finales de 2001. Nada más se volvió a saber de un nuevo disco de Black Sabbath hasta 2013.
No obstante, la reunión continuó, y en los veranos de 2001, 2004 y 2005, los Sabbath volvieron a encabezar el Ozzfest, girando con enorme éxito por Norteamérica y el Reino Unido junto a bandas como Tool, Judas Priest, Slipknot, Iron Maiden o Rob Zombie.
En noviembre de 2005, la banda fue incluida en el Salón de la Fama de la Música del Reino Unido, y en marzo de 2006 entró a formar parte del Salón de la Fama del Rock And Roll de EE.UU., en una ceremonia que contó con un discurso y una actuación de homenaje de los mismísimos Metallica.
Nada más se supo del grupo en los siguientes 5 años. Durante este lapso de tiempo Ozzy Osbourne lanzó dos nuevos discos en solitario, “Black Rain” (2007) y “Scream” (2010), y siguió girando por todo el mundo y encabezando ediciones de su festival Ozzfest. Por su parte, Tony Iommi y Geezer Butler, decidieron reunirse con Ronnie James Dio y Vinny Appice (tras la negativa de Bill Ward) para reformar la alineación de Black Sabbath de principios de los ´80. Como oficialmente Black Sabbath seguía estando formada por los cuatro miembros originales, para evitar confusiones y problemas legales se hicieron llamar Heaven And Hell (como su disco de 1980). Como Heaven And Hell, Dio, Iommi, Appice y Butler giraron por todo el mundo interpretando únicamente temas de los tres discos grabados con Dio como cantante, y visto el éxito logrado, en 2009 editaron un nuevo álbum de estudio titulado “The Devil You Know”. Lamentablemente, la triste muerte de Ronnie James Dio el 16 de mayo de 2010 debido a un cáncer de estómago puso fin a la aventura.
En este contexto nos situamos en 2011, con Ozzy centrado en su carrera en solitario y el resto de los Black Sabbath sin actividad aparente. Diversas declaraciones de algunos de los miembros de la banda parecían apuntar a una próxima reunión, y efectivamente, en el verano de 2011, la formación original volvió a juntarse para ensayar.
El 11 de noviembre de 2011, y tras unas semanas de misteriosos anuncios que generaron una gran expectación, Ozzy Osbourne, Bill Ward, Tony Iommi y Geezer Butler, anunciaron en una rueda de prensa que se iban a reunir de nuevo para grabar un disco de estudio y hacer una gira mundial en 2012. Por desgracia, apenas tres meses después, Bill Ward hizo pública su intención de no formar parte de la reunión a no ser que se le ofreciese un contrato digno de firmar, cosa que al parecer no ocurrió. Por otra parte, en enero de 2012, a Tony Iommi le fue diagnosticado un linfoma, como consecuencia, toda la gira europea prevista para el verano, menos tres actuaciones, fue cancelada, para que el veterano guitarrista pudiera tratarse.
El 21 de mayo de 2012 tuvo lugar en Birmingham una de esas tres actuaciones, siendo la primera vez en 7 años que Osbourne, Iommi y Butler tocaban juntos, en esta ocasión con Tommy Clufetos (batería de Ozzy) sustituyendo a Bill Ward.
Black Sabbath aprovecharon el parón en directo para grabar su tan esperado nuevo disco de estudio. Así pues, reclutaron de nuevo al productor Rick Rubin, mientras que Brad Wilk (Rage Against The Machine, Audioslave) se ocupó de la batería. El nuevo álbum, “13” salió a la venta en junio de 2013, con una gran acogida de público y crítica, y encabezó las listas de éxitos de EE.UU. e Inglaterra. Además, el tema “God Is Dead?” les hizo ganar su segundo Grammy, nuevamente en la categoría de “Mejor Interpretación de Metal”. “13” fue el primer disco de estudio de Black Sabbath con Ozzy Osbourne como cantante en 35 años.
Entre abril de 2013 y julio de 2014 la banda se embarcó en una nueva gira mundial de 84 actuaciones, que entre otras cosas les hizo volver a Australia, 40 años después de su última visita. Además, los conciertos en Melbourne fueron grabados para dar forma al disco en directo “Live… Gathered in Their Masses”.
En septiembre de 2015, Black Sabbath anunciaron que llevarían a cabo una última gira mundial de despedida entre enero de 2016 y febrero de 2017, tras la cual se separarían como grupo, entre otros motivos debido a la delicada salud de Tony Iommi. Bill Ward tampoco estuvo presente en esta gira, al no conseguir llegar a un acuerdo satisfactorio con los términos de su contrato. En los meses anteriores y posteriores se produjeron muchos cruces de declaraciones, en los que Ozzy afirmaba que el batería ya no estaba en la forma física adecuada para aguantar un concierto de Black Sabbath, mientras que éste alegaba estar en plena forma, y atribuía su negativa a participar únicamente al contrato que se le ofrecía, el cual le parecía insultante. Sea cual fuere el motivo, la triste realidad es que Bill Ward no participó en esta gira de despedida, apropiadamente llamada “The End”.
El tour fue otro éxito incontestable, y a lo largo de 81 conciertos permitió a Black Sabbath recorrer por última vez Europa, Oceanía, Sudamérica y Norteamérica, con dos shows en el Madison Square Garden de Nueva York incluidos. El 4 de febrero de 2017, tuvo lugar en Birmingham la última actuación en la historia de Black Sabbath (al menos por el momento), tras la cual Ozzy se despidió con un simple “gracias, buenas noches, muchas gracias”.
Tras el final del grupo, Ozzy volvió a la actividad con su banda en solitario, y actualmente está preparando su próximo disco, de nuevo con Zakk Wylde en la guitarra, mientras que de Geezer Butler y Tony Iommi poco más se ha sabido. Recientemente Iommi ha declarado estar estudiando varias proyectos musicales, entre ellos un disco junto al guitarrista de Queen, Brian May, y también ha afirmado que si en el futuro surgiera la oportunidad de hacer uno o dos conciertos con Black Sabbath, estaría dispuesto, pero que ya no contempla la idea de hacer giras mundiales.
Independientemente de que en el futuro se junten de nuevo, la reunión de Black Sabbath llenó de emoción el mundo del rock y el heavy metal en los últimos 20 años, y nuevamente nos permitió disfrutar de una banda legendaria y fundamental en la historia del heavy metal. Siempre da pena cuando algo bueno se acaba, pero es de agradecer que una banda mítica como Black Sabbath hayan tenido la suficiente honestidad y serenidad como para decidir retirarse en la cima, despidiéndose apropiadamente de sus seguidores y poniéndole el punto y final adecuado a su carrera. En cualquier caso: ¡Never say die!
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