Nombrar a Stevie Wonder es hablar de una de las máximas figuras más representativas de la música. Un arquitecto que construyó su propio estilo, basado en los cimientos del funk, soul, jazz y R&B. Y es que mencionar su obra significa reconocer que marcó la cultura estadounidense y que llegó al mundo con canciones que perduran al paso del tiempo.
Y es que, tal día como hoy, Stevie Wonder cumple nada más y nada menos que setenta años. Y seguramente se te venga rápidamente a la cabeza alguno de sus temas, ya que para medir su éxito hay que basarse en los números, los cuales no mienten: ganó un total de 25 premios Grammy y tiene más de 100 millones de discos vendidos a nivel internacional.
Stevland Hardaway Morris, su verdadero nombre, llegó al mundo el 13 de mayo de 1950, en Saginaw, Míchigan. Ciego, debido a un parto prematuro. Algo que se convertiría en su seña de identidad y también la luz que iluminaría su creatividad.
STEVIE WONDER, DE SU CEGUERA Y CREATIVIDAD
"El hecho de que un hombre carezca del uso de sus ojos no significa que carezca de visión". Al menos así lo sostenía Stevie Wonder cuando tenía que hacer relación a su poderosa imaginación y a su ceguera. Y es que, en ningún momento, ha sido un impedimiento para desarrollarse prolíficamente en el mundo de la música.
Y es que fue un niño prodigio. A los cuatro años ya habría comenzado a tocar el piano y la armónica. Y también cantaba en el coro de la iglesia, donde deslumbraba con sus condiciones tan particulares.
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Con tan solo doce años entraba por las puertas del estudio para dale vida a su debut, The Jazz Soul Of Little Stevie, allá por el año 1962. Fue gracias a Berry Gordy, empresario musical y compositor.
Al poco tiempo, en el mismo año, salía al ruedo Tribute To Uncle Ray en homenaje a Ray Charles. Mientras que 'Fingertips' fue uno de sus primeros temas que lograron rozar el éxito.
Pero Stevie se hizo mayor. Y con una década de relación con la Motown, el cantante buscó mejores condiciones y se puso firme al comienzo de los años 70', con discos que marcarían la época más brillante de su carrera.
Signed, Sealed & Delivered y Where I'm Coming From tuvieron el reconocimiento de la crítica. Y ya con Music of my mind inició un laureado camino para el artista. Talking Book mantuvo ese viaje de lucidez musical, que lo llevó a ganar tres premios Grammy. Una etapa de maduración, sin sus tradicionales lentes de sol y vestido con ropa africana.
Desde ahí, el artista exploró una nueva faceta sonora. Estaba fascinado con el sistema TONTO – The Original New Timbral Orchestra – el sintetizador más avanzado del mundo y también el más grande. Y así 'You Are the Sunshine of My Life' y 'Superstition' se convirtieron en dos perlas preciosas.
Con Innervisions inicia un viaje introspectivo. Donde trató temas como las drogas en 'Too High' y 'Don't You Worry bout a Thing', hasta la denuncia social de 'Higher Ground'.
Stevie Wonder comenzó los años 80' al ritmo de Hotter than July, con temas como 'Master Blaster (Jammin)' marcando su llegada al reggae. Y en los 90', a pesar de no poder repetir ese éxito mienstra se alejaba del mainstream, seguía llenando las salas que pisaba.
Y así hasta nuestros días. Stevie Wonder, en definitiva, ha sido un clásico de la música. Un vestigio de la cultura negra estadounidense que ha sido aplaudida con la colaboración de Paul McCartney o Michael Jackson. Incluso grabó con Julio Iglesias el tema 'My Love' en 1988, en el disco Non Stop del cantante español.