Tras dos años sin actuar, Isabel Pantoja dejó este viernes exhaustos a sus fans con un concierto de tres horas. La tonadillera consiguió llenar el WiZink Center de Madrid con 11 almas. El espectáculo, accidentado por momentos, resultó "a veces sublime" y "otras aburrido", según los críticos musicales.
Lo más curioso es que nadie pidió un bis. Y es que después de 180 minutos de show, el público comenzó a desalojar el antiguo Palacio de los Deportes aprovechando que la artista sevillana salía del escenario y con la orquesta aún tocando las notas de su último single, "Enamórate".
"Me ha gustado, pero madre mía…"
Según cuenta El País, los fans de la Pantoja se marcharon "a toda velocidad". "Nunca 11 personas abandonaron tan rápido un recinto", dice el diario de PRISA. "Sí, me ha gustado, pero madre mía, madre mía…", se quejaba una señora por la extensa duración del concierto. El WiZink Center se quedó solo en segundos.
Preocupada ante la posibilidad de no colgar el cartel de no hay billetes, Isabel Pantoja hizo los días previos multitud de llamadas a través de las redes para que su gente comprara entradas, cuyos precios iban de los 75 a los 150 euros. La víspera, decidió quemar el último cartucho y entró por sorpresa en directo en el 'Sálvame' de Telecinco.
"Las estamos pasando canutas"
Finalmente, de las 12 localidades a la venta solo 500 se quedaron en la taquilla. Pero en muchos momentos, el espectáculo rozó el esperpento. Casi a la hora de empezar se rompieron la mesa de luces y la de sonido. Así, los problemas fueron continuos durante casi todo el show: gritos de "¡No se oye!", micrófonos que no funcionaban e instrumentos que sonaban deslavazados… "Las estamos pasando canutas", llegó a decir la cantante.
A sus 63 años, Isabel se ha visto superada por sus hijos en la repercusión de sus respectivos temas musicales. En YouTube, lo nuevo de la Pantoja, "Enamórate", lleva 280 visualizaciones. Mientras, lo último de Kiko Rivera acumula un millón y el debut de Chabelita ya ha llegado a los cuatro millones.
