Ayer, mejor tarde que nunca, tuve la inmensa fortuna de ver The Square, el film sueco que logró la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2017, y que arrasó en los Premios del Cine Europeo del mismo año. Para algunos, la anterior afirmación se antoja, cuando menos, discutible. No me refiero al hecho de haber visto la película, lo cual es completamente cierto, sino a considerarme afortunado. Y así lo creo, porque asistí a uno de los mayores ejercicios de crítica social que he contemplado en una pantalla en toda mi vida. La prensa especializada reprocha a muchos autores su falta de compromiso. Pues bien, aquí encontramos un claro ejemplo de lo contrario. Huelga decir que la proyección tuvo lugar dentro de la programación de un cineclub; me cuesta imaginar que, en el momento de su estreno, circulara por demasiadas salas comerciales españolas.
The Square constituye una gran metáfora trufada de otras más pequeñas. Su director y guionista, Ruben Östlund (Goteborg, 1974) pone el dedo en la llaga y no deja títere con cabeza. Atiza a todo y a todos. Mediante la representación de una serie de situaciones incómodas con las que cualquier ser humano puede encontrarse en su vida cotidiana, hace reflexionar al espectador, pero ni mucho menos se lo pone fácil. Además, en un mundo digital dominado por las redes sociales en el que el intelecto ha pasado a un segundo plano, sitúa el foco en los condicionantes que rodean la libertad de expresión. No solo se pregunta dónde está el límite sino, por encima de todo, quién tiene el poder para fijarlo.
[Sumario]
El hilo conductor del film lo conforma la nueva exposición del museo de arte contemporáneo X-Royal cuya tarjeta de presentación reza “The Square, un lugar donde todos somos iguales, con los mismos derechos y obligaciones”. Una utopía en la vida real de la que Östlund saca partido en la ficción. El inquietante “You have nothing” que aparece varias veces durante el metraje golpea como un martillo pilón. Los pobres y los ricos solo se diferencian en la cuenta corriente. Sus virtudes, pocas, y sus defectos, muchos, son los mismos.
The Square es una película compleja, de esas que dejan poso. La amas o la odias. No hay término medio. Si te interesa verla, no entres en Filmaffinity, no leas críticas. Si eres el típico espectador "palomitero", un consejo: no pierdas el tiempo, no te va a merecer la pena. Seguro que hay un montón de capítulos de Juego de Tronos esperándote en Netflix con los brazos abiertos.
