Dos años después de 'Antónimo', Rayden acaba de sacar 'Sinónimo' (Warner Music), un disco que sorprende por su calidad y su dolorosa sinceridad, y que ya es número uno en ventas. Es su quinto disco, y el proyecto musical más ambicioso de la carrera de este artista.
Háblanos de ‘Sinónimo’, tu nuevo y esperado disco. ¿Qué vamos a encontrar en él? ¿A qué suena ‘Sinónimo’?
‘Sinónimo’ es el segundo disco de una trilogía en torno a la palabra, que empezó con ‘Antónimo’ y que concluirá con el desenlace que se llamará ‘Homónimo’.
Documentándome, me di cuenta de que para construir el lenguaje, primero se buscó la contraposición, el antónimo. Después se buscó la armonía, la semejanza, la equivalencia… que de ahí viene el sinónimo. Y luego vino la individualidad y la identidad, que es homónimo. Y por eso yo quise seguir ese orden lógico.
Con ‘Sinónimo’ lo que he querido hacer es un disco que fuese conceptual en sí mismo, de carácter cerrado, que no tuviese ningún fleco ni punto flaco, que todas sus canciones fuesen potentes…
¿Y a qué suena? No sabría decir. Creo que es algo inabarcable. Suena a mis gustos musicales… y creo que es algo referencial en sí mismo.
¿Qué similitues y diferencias hay con tu anterior disco, 'Antónimo'?
Las similitudes son muchas: a nivel compositivo, su carácter introspectivo, ya que en ambos discos muestro a la persona…
También a nivel colaborativo, al estar provistos ambos de colaboraciones que nada tienen que ver con el rap, como a priori se podría presuponer. Y esto se debe a que busco colaboraciones que me permitan llevar las canciones a donde yo, por mí solo, no puedo.
En cuanto a la principal diferencia, es que en este disco me he implicado directamente en la producción. Y eso ha venido dado por mi incapacidad para hacerme entender con otros productores. Tenía tan claro lo que quería hacer que me resultaba más fácil hacerlo yo que transmitírselo a otros. Así que conseguí engañar a la discográfica para que me dejaran encargarme de la producción.
¿El resultado ha sido el que esperabas?
El resultado ha sobrepasado mis mejores expectativas. No solo lo ha aplaudido la discográfica, sino que el disco es ya número uno en ventas. Eso habla por sí solo.
¿Consideras que llegar a ser número uno en ventas es el mejor reconocimiento a tu carrera profesional?
No. A mí me llena mucho más cosas que no se pueden cuantificar, como el haber tocado en una banda sinfónica o haber sido uno de los representantes elegidos para cantar frente a ‘Guernica’, el histórico mural antibelicista de Pablo Picasso. Eso sí que me parece un reconocimiento a mi trabajo.
¿Quién es Rayden? ¿Cómo nació y por qué te pusiste ese nombre?
Se podría decir que Rayden nace en 2001. Y, curiosamente, yo empecé en esto de la música casi por obligación… Yo tenía un grupo de amigos, de esos que hacen todo juntos. Y, un verano, uno de ellos nos propuso hacer un grupo de rap. Por aquel entonces yo ya escribía poesía, así que pensé que no tenía que ser muy diferente componer letras de canciones. De modo que acepté.
[Sumario]
Dentro del rap es muy común tener un alias, un nombre de batalla. Yo no sabía cómo llamarme y me propusieron Rayden. Y con ese nombre me quedé.
¿Tu estilo musical no es el más complicado a la hora de encontrar cabida en la radio?
Ciertamente, mi música no suena en radio fórmula. Sin embargo, creo que con mi trabajo he contribuido a democratizar el rap y a que se escuche cada vez más este tipo de música.
¿Alguna vez no te has sentido apoyado o arropado por tu gente o por los fans?
La verdad es que siempre me he sentido muy apoyado, y no solo por gente cercana o por los fans, sino por todo el mundo de la música y sobre todo por artistas que están en primera línea. En ese sentido, he de decir que soy muy afortunado.
Aparte de rapear, ¿tocas algún instrumento?
Más que tocar, falto el respeto a la guitarra y al piano.
¿Te atreverías a estar en una batalla de gallos contra Arkano o Paulo Londra?
No tengo el gusto de conocer a Paulo Londra, pero con Arkano ya estuve en una batalla de gallos… y gané.
¿Preferies la batalla de gallos o los conciertos?
Los conciertos, sin duda. No hay color…
¿Cuáles son tus referentes musicales fuera del rap?
Tengo muchísimos: Vetusta Morla, Zenet, Leiva, Juancho (Sidecars), Carmen Boza, Alabama Shakes, Paolo Nutini, Jack White…
¿Qué habrías sido de no haberte dedicado al rap?
Habría sido profesor de Educación Física. De hecho, estaba estudiando para ello. Pero lo dejé aparcado, con el convencimiento de que, si me iba mal en la música, siempre lo podría retomar.
Como has comentado antes, también escribes poesía. ¿Es porque con ella puedes decir ciertas cosas que con el rap no puedes?
Pues sí. Creo que son dos planetas diferentes que rigen el mismo universo. Y me gusta la libertad que me otorga la poesía, al permitirme quitar mi voz e incluso quitar la rima, cuando hago verso libre, y trabajar de otra forma con las palabras, componer de otra manera… Y eso me gusta mucho. También me permite hacer aforismos, que a mí me encantan. Con muy pocas palabras puedes hacer como una exhibición de francotiradores, cosa que con la música no puedes hacer. Imagínate un disco con canciones que fuesen solo una frase… No se podría hacer.
Un consejo para los jóvenes que quieran dedicarse al rap…
Que si realmente tienen la corazonada y la vocación para dedicarse a ello, como con cualquier otra cosa en la vida, que el tiempo sea el único que les diga que no pueden hacerlo; que no permitan que nadie se crea con la potestad de decidir por ellos.
Para finalizar, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
Después de ‘Sinónimo’ y de la gira en la que estoy inmerso con él, voy a sacar dos nuevas colaboraciones que están en el universo de ‘Sinónimo’, al igual que hice con ‘Antónimo’, que saqué un tema con Sidecars que no estaba en el formato físico pero que formaba parte de todo ello. Además, sale mi tercer libro el 19 de marzo… Y después de eso vendrán más cosas que no se pueden contar, pero que iréis descubriendo.
