Lorenzo Azcona lleva 30 años dedicado a la música y es multi instrumentista, si bien se decanta más por los saxos por encima de otros como las percusiones o los teclados. Ha acompañado a cantantes y grupos como Manolo Tena, Javier Krahe, Joaquín Sabina, Hevia, Hilario Camacho, Miguel Bosé, Marta Sánchez, Mercedes Ferrer, Burning o La Unión. También ha grabado tres discos en solitario.
¿Cuándo supiste que querías dedicarte profesionalmente a la música?
Pues lo supe muy pronto, porque en mi casa se escuchaba mucha música: veníamos de una abuela que tocaba muy bien el piano, y casi desde el principio empecé a tocar la guitarra, primero por mi cuenta, a los diez años, y luego ya me metí en el conservatorio con el saxofón. Pero lo tenía muy claro desde muy pronto, y por eso me decante por esto.
¿Tu familia te apoyó para seguir tu sueño?
Sí, yo tuve mucha suerte en ese sentido. En mi casa, cuando les plantee que terminaba en instituto y entraba en el conservatorio, no se opusieron. Les dio un poco de miedo, pero no me lo dijeron. Eso me lo contaron después.
Si no te hubieras decidido por el camino de la música, ¿que hubieras elegido para estudiar?
Mi primera idea era que mis padres me iban a decir que no, así que pensé en estudiar arquitectura. Pero, por suerte, pude seguir mi camino…
¿Por que decidiste que la arquitectura sería una buena opción?
Porque en esos momentos era una de las carreras con las que salías trabajando directamente.
Si te dieran la oportunidad de hacer otra cosa y dejar el saxofón, ¿lo harías?
Pues no, porque en este momento lo que más me gusta es tocar el saxofón.
Has grabado casi cien discos acompañando a otros artistas. Pero ¿qué disco de los que has grabado en solitario tiene mayor significado para ti?
Mi carrera en solitario me ha ayudado mucho a crecer musicalmente, pero tocar y grabar con otros artistas te enseña cosas; tocas cosas que no se te habrían ocurrido tocar, aprendes un montón… Así que los casi cien discos en los que he participado son tan importantes para mí como los tres que he grabados en solitario. No obstante, si tuviera que elegir uno de ellos, me quedo con ‘Soplo de vida’, que es el último que grabé, en 2017.
¿Cuál es el artista con el que más te ha gustado trabajar o más ilusión te ha hecho?
Pues con el que mejor me lo he pasado ha sido con Javier Krahe, que era muy divertido tocar con él… Y también con Hevia, que maneja la gaita de manera increíble, y yo no sabía que a ese instrumento se le podían sacar sonidos tan maravillosos.
Como músico de este siglo que eres, ¿cómo ves la profesión?
Es una profesión con cosas buenas y cosas malas, como todo. Pero si hay ilusión y dedicación, la música te proporciona muchas satisfacciones.
¿Alguna vez has tenido un bache en tu carrera?
Sí, he tenido unos cuantos. Hay baches casi cotidianos, pequeñas desilusiones diarias; y también baches gordos, como cuando llegó la crisis y se canceló una gira que teníamos programada. Pero, al final, de todos ellos se sale adelante.
¿Alguna vez pensaste en abandonar y dedicarte a otra cosa?
Sí, más de una vez. Pero luego nunca puedo… Casi se podría decir que sufro síndrome de abstinencia si estoy más de cuatro días sin tocar.
¿Dónde te sientes más a gusto tocando?
[Sumario]
Es difícil contestar a eso… He tocado en sitios donde había setenta mil personas. Y eso resulta impresionante. Pero yo, que soy una persona algo tímida, me siento más cómodo en esos festivales de jazz que tienen un aforo de quinientas personas como mucho.
¿Dirías que la música se elige o es la música la que le elige a uno?
Yo diría más bien que te “arrastra”. La música es como un río: una vez que te metes, te atrapa y te lleva. Tú puedes moverte a un lado o a otro, pero ya no puedes abandonarla… Yo siempre digo que el músico no vive de la música; es la música la que vive de los músicos.