Hablamos con la empresaria y diseñadora de joyas María de Pablo, de la conocida firma de joyería artesanal Ciclón, sociedad madrileña de carácter familiar que triunfa no solo en España, sino también a nivel internacional. Esta empresa ha cumplido este año dos décadas de existencia; las mismas que lleva María diseñando y fabricando sus propias colecciones.
María reconoce que su vocación se la debe a su padre, el industrial Gabriel de Pablo, quien allá por los años 70 apostó por la fabricación artesanal de joyas como un complemento en el mundo de la moda.
“Cuando mi padre se retiró, mis hermanos y yo recogimos el testigo y creamos el actual sello Ciclón, que ahora ha crecido, y es verdad que es una de las marcas de referencia más importante del país en la fabricación artesanal de complementos para moda”, señala María.
Afirma que "cada joya es una pequeña obra de arte" y diseñarlas implica "una búsqueda de la forma perfecta, de la perfecta combinación de colores, texturas y materiales, en un intento de transmitir sensaciones, como haría una esculura o un cuadro".
Esta diseñadora dice buscar la inspiración en multitud de elementos, desde la propia naturaleza hasta en “el recuerdo de las joyas que llevaba mi madre”.
“También trato de empatizar con la estación del año en la que me encuentro, porque no es lo mismo diseñar joyas para el verano que para el invierno”.
Sus diseños no usan un patrón, sino que van variando. “Intento cambiar, innovar. Aunque hay diseños que repito porque sé que funcionan y que a la mayoría de las mujeres les gusta; pero intento ofrecer siempre algo nuevo”.
Asegura que, en su trabajo, siempre trata de superarse a sí misma, aunque confiesa que “después de veinte años, cada vez me cuesta más”.
Entre sus múltiples diseños a lo largo de estas dos décadas, María destaca una pulsera con motivos y elementos inspirados en la docencia, “que en su día dedicamos con todo el cariño a los profesores, ya que la enseñanza me parece una labor muy loable”.
Materiales tradicionales
En cuanto a los materiales que emplea para sus creaciones, son los tradicionalmente utilizados en la joyería y la alta bisutería: la plata, el oro, el zamak (una aleación de zinc con aluminio, magnesio y cobre), cristales de cuarzo, cristal de Murano, cueros naturales españoles…
Respecto a la parte que más le gusta de tu trabajo, asegura que es “cuando ya tengo las piezas y me siento en mi mesa a montar, ya sea un collar o una pulsera. Me parece una parte muy divertida, incluso más creativa que la parte del diseño”.
[Sumario]
También sabe lo que es sufrir un bloqueo de inspiración. “Hay veces que no te viene la inspiración. Pero en el mundo de la industria hay unos plazos que cumplir, así que hay que saber parar, relajarse y retomar el trabajo para sacarlo adelante”.
Admite que ser diseñadora de joyas no era su verdadera vocación: “Yo de pequeña quería ser veterinaria… aunque también me plantee ser bailarina o cantante, y todavía mantengo el deseo de serlo”. Por eso sus dos hobbis son cantar y bailar.
Como mujer trabajadora y haciendo algo tan especial, reconoce que no es fácil sacar tiempo para su vida personal, aunque intenta dedicar todo el tiempo posible a su familia.