Matar a Franco. Ese fue el deseo no cumplido que marcó la existencia de Lezo Manuel Urreiztieta Rekalde (Santurtzi, 1907 – Baiona, 1981). Ligado a la mar desde muy niño, estraperlista precoz, militó en el sindicato nacionalista ELA y en el movimiento independentista Jagi Jagi, que posteriormente se integró en el PNV. En 1934, comenzó lo que él definió como “el verdadero contrabando”: la fuga a Francia de personas perseguidas por diferentes motivos. Republicanos, judíos, socialistas, comunistas,…. Integrantes todos ellos de un viaje clandestino hacia la esperanza. “Saqué a 826. Contados”.
El documental 'Jainkoak ez dit barkatzen' ('Dios no me perdona') dirigido por Josu Martínez, profesor e investigador de la Universidad del País Vasco, recrea las increíbles vicisitudes de este pirata del siglo XX. La cinta, narrada en primera persona y presentada en el pasado Festival de Cine de San Sebastián, recoge parte de los testimonios grabados en treinta y cinco horas de entrevistas concedidas por Urreiztieta al historiador Martín Ugalde entre 1975 y 1978.
Al estallar la Guerra Civil, Lezo comenzó a recibir otro tipo de peticiones procedentes de altos cargos políticos. “Tienes que traer armas”. Guipúzcoa ya había caído en manos nacionales pero, a pesar del bloqueo en el Cantábrico, llegaron a Euskadi diecisiete barcos cargados con suministros suficientes para que Vizcaya resistiese ocho meses más.
Refugiado en Francia, fue pillado in fraganti mientras urdía un plan para atentar contra Franco. Expulsado del país galo, se estableció en México. Un día, revisando unas cartas de navegación, descubrió la isla de Guadalupe, que estaba desierta. Se propuso adquirirla, sin éxito, para llevar a cabo el utópico proyecto de construir una nueva Euskadi en la que poder vivir en libertad.
Un loco maravilloso que tuvo las agallas de arriesgar su vida para salvar la de otros, un fuera de la ley con profundas convicciones religiosas, “el contrabando no es pecado”, solía decir. Así era Lezo Urreiztieta. El próximo 25 de noviembre, el documental se proyectará en Santurtzi, su localidad natal. Sus paisanos, por fin, tendrán la oportunidad de conocer las andanzas de este héroe anónimo que siempre tuvo el sueño de la libertad en el punto de mira.