Aunque no siempre se admita, una de las principales causas por las que muchas personas no pisan una clínica dental es por miedo. La dentofobia es el temor irracional e injustificado al dentista. Estos temores vienen dados casi siempre por las sensaciones o molestias provocadas por los tratamientos dentales tradicionales. Los pacientes tienen miedo sobre todo al dolor que les puede causar cualquier intervención, por mínima que sea. Y, debido a este miedo, muchas personas acaban teniendo serios problemas bucales, que incluso les pueden acarrear la pérdida de piezas dentales.
En estos casos, la sedación consciente es la solución.
Se trata de un procedimiento anestésico complementario a la anestesia local que provoca relajación intensa y somnoliencia, pero sin llegar a anular los reflejos naturales de protección.
Con la incorporación de la sedación consciente en el gabinete dental, esos miedos quedan totalmente superados.
Una técnica segura
Este tipo de sedación es bastante segura, ya que no se anestesia totalmente al paciente.
[Sumario]
La sedación consciente se realiza aplicando dosis personalizadas en función de cada paciente, que se van ajustando durante la intervención.
Elimina el dolor durante la pequeña cirugía y proporciona una sensación de tranquilidad, convirtiendo la visita al dentista en una experiencia indolora y agradable.
Además, al mantener al paciente en un estado de reposo y máxima relajación, se conseguirá disponer de una gran tranquilidad durante la intervención.
Al eliminar la ansiedad, el paciente no realizará movimientos bruscos, y el odontólogo podrá trabajar con mayor seguridad, comodidad y rapidez.
Las clínicas que están en la vanguardia de los tratamientos aplican esta técnica con gran éxito y aceptación por parte de los pacientes, pues es la mejor solución para niños y adultos nerviosos o con miedo al dentista.
Información elaborada con la colaboración de Clínica Dental Santa Clara de Asís (Navalcarnero, Madrid)